Las barrabasadas del Gobierno de Pedro Sánchez y los podemitas son tantas y tan frecuentes que conviene ir por capítulos con los distintos apartados.
Eso es lo que debió pensar Carlos Alsina, que este 23 de junio de 2020 le dedicó una parte de su editorial en ‘Más de uno’ de Onda Cero a dos ministros en particular, los encargados de la educación en España, la ministra Isabel Celaá y el ministro de Universidades, Manuel Castells.
El tremendo repaso a sendos responsables fue más una burla colosal del periodista, porque el dislate es tal que no merece otra cosa.
Y es que todo son parches, contradicciones y barbaridades a la hora de tratar el presente y futuro a corto plazo de los alumnos pequeños y mayores de este país para el próximo curso.
Suerte a los estudiantes que hoy en avanzadilla en Navarra se examinan de la EVAU, los primeros de este curso tan anómalo. Son 4.000 alumnos que han sacado adelante el curso desde casa y que hoy acuden al campus a examinarse con mascarilla y distancia de seguridad, ¡y sin tocarse! Que ayer el ministro de Universidades estuvo muy simpático y pudo malinterpretarse la exaltación que hizo del roce juvenil.
“Lo de tocarse a los estudiantes les va muy bien, pero hay que tener en cuenta el aspecto social de lo que es un campus, de lo que es vivir cuando se es joven”, decía Castells.
Celebraba ayer el ministro la enseñanza presencial frente a la telepática y entre las virtudes decía esto. ¡Pues que no sea hoy lo de tocarse! Ni mientras dure la epidemia esta que tenemos… Tenga presente el señor ministro que el próximo jueves su Gobierno lleva al Congreso un decreto que establece 1,5 metros de distancia mínima entre estudiantes en los colegios y en facultades. La semana pasada la ministra Celaá dijo que eso del 1,5 metros está en un decreto ley y hay que cumplirlo porque no estamos para bromas…
Castells o cómo hacerlo peor
Lo del ministro Castells es para nota durante esta pandemia del coronavirus. En la práctica, el responsable del Gobierno que menos actividad ha tenido, el único ausente por temática de las comparecencias ante la prensa en la parte difícil de la pandemia en España, es, sin embargo, el que más va de graciosillo cuando interviene en algún medio.
Recuerden, si no, aquella ocasión con el estado de alarma recién iniciado en el que pareció que el ministro se reía de todos los españoles:
Cuando empezó el estado de alarma se fueron alegremente a lugares más divertidos y dejaron abandonados en sus residencias y pisos de alquiler los pórtatiles, apuntes, libros…
