«Y ahora voy a hablar de Vicente Vallés. Y él me lo va a reprochar, porque preferiría que no lo hiciera», ha dicho Carlos Alsina, durante su monólogo de este 6 de julio de 2020 en ‘Más de uno‘, para introducir a la campaña de degradación que está intentando perpetrar Podemos en su contra.
Alsina entraba así en la palestra para arrimar el hombro junto a su compañero -de profesión y de grupo mediático- que está sufriendo los ataques de los sicarios ‘morados’ por hacer periodismo.
«Vallés ya era periodista cuando Pablo Iglesias aun no tenía coleta»
Alsina alababa a Vicente Vallés así:
Vallés es un profesional riguroso, solvente, independiente y respetado. Vallés ya era periodista cuando Pablo Iglesias aun no tenía coleta y lo seguirá siendo cuando a este gobierno le haya sucedido el siguiente y al siguiente el siguiente, y al siguiente el siguiente. Vallés ha visto pasar ya tantos ministros, tantos vicepresidentes y tantos líderes de la oposición que sabe que los políticos pasan; los periodistas íntegros permanecen.
«Abandone, por tanto, la jauría la esperanza de silenciar a Vallés. Lleva en esto tiempo suficiente para saber cómo funcionan estas campañitas.»
Palos a Echenique por señalar en público a Vallés
En realidad lo que le pasa a Vicente Vallés es simple y es lo mismo que le ocurre a toda la derecha y la ultraderecha: Le produce sarpullido que las cloacas no consiguieran su objetivo y Unidas Podemos esté en el gobierno. Está en su derecho, pero que no lo llamen «informativos». pic.twitter.com/lnsBMJUNL5
— ᴘᴀʙʟᴏ ᴇᴄʜᴇɴɪQᴜᴇ ?? (@pnique) July 4, 2020
Uno de los encargados en hacer el trabajo sucio del jefe es Pablo Echenique, portavoz de Unidas Podemos, que criticó en Twitter al presentador de Antena3:
Ni Echenique ni ninguno de los integrantes del séquito morado ha podido desmentirle a Vallés una sola palabra de lo que dijo el viernes sobre el caso Dina. Ni el viernes, ni todos los días anteriores. Pregunta para el portavoz parlamentario del gobierno, portavoz tuitero: ¿Dijo acaso Vicente algo que no sea cierto? Si todo lo que contó es lo que tiene dicho el juez en sus autos y lo que el propio vicepresidente segundo declaró a Radio Nacional el viernes. Es Iglesias quien ha contado que recibió fotos íntimas que no eran suyas y decidió quedárselas en lugar de devolvérselas a su propietaria.
Dado que fue Iglesias quien subrayó la condición de mujer joven de Dina Bousseham para explicar por qué se sintió con derecho a decidir él si le entregaba una tarjeta que era de ella no debería escocerle tanto que se cuente precisamente así: Iglesias se sintió con derecho a ocultar a una mujer que le habían entregado fotos íntimas suyas. ‘Y mayor de edad’, claro que sí, como expuso Vallés aportando un dato esencial para entender por qué es ella, y sólo ella, quien tenía derecho a guardar esas fotos. Ser mujer y ser joven no le confiere ni a tu jefe, ni a tu presunto amigo, el poder de disponer de tu privacidad.
«La brigada morada gusta de distorsionarlo todo»
Según avanzaba en su monólogo, se podía escuchar a un Alsina cada vez más duro y certero. La profesión está hasta los mismísimos de las prácticas matoniles de los de Podemos:
A Iglesias –y su ruidoso séquito– lo que le irrita es que los medios nos ocupemos de esta causa judicial ahora. No le incomodó que lo hiciéramos el día que él declaró como perjudicado, marzo de 2019. No le incomodó que se dedicaran entonces minutos y horas de radio y televisión a informar de cómo el juez García Castellón extendía la investigación al informe Pisa que se fabricó para perjudicar a
Podemos. No le importó que se descataran, de sus mítines, justo las frases que arremetían contra Villarejo y las cloacas basándose en esta causa judicial. Le irrita que se informe de ella ahora que se le ha complicado a él.
La brigada morada gusta de distorsionarlo todo para acabar siempre en lo mismo: cualquier cosa que les incomode es la prueba de que hay una operación en marcha contra ellos. En 2016 la operación era para que no gobernaran nunca, en 2020 la operación tiene que ser para que salgan del gobierno.
Al séquito lo que le pasa es que no les cabe en la cabeza que alguien informe y analice lo que sucede sin más intención que la de hacer su trabajo
«En la cabeza de un fanático sólo hay dos tipos de periodistas: los que le resultan útiles y los que estorban», remató el periodista de Atresmedia Radio.