El viaje del rey Felipe VI a Bolivia fue mal desde su misma planificación. Ahí es donde le mandó el Gobierno, acompañado por el republicano Vicepresidente Segundo, Pablo Iglesias, y encima para acudir a la toma de posesión de Luis Arce, el delfín de Evo Morales.
Todo un dislate que se confirmó en cuanto el Rey pisó suelo boliviano. La recepción, a cargo de autoridades, quedó enmarcada debidamente por una banda que tocó el peor himno de España que se recuerda: absolutamente desafinado, malsonante, obsceno, como si los que lo tocasen estuvieran recién llegados del after hour.
No lo pudo describir mejor Carlos Herrera ya en este 10 de noviembre de 2020 desde la Cadena COPE. Primero en su editorial, se encrespaba al respecto, directamente con el Gobierno por haber metido al Rey allí:
¿Cómo un Gobierno mete al Rey en un desastre de viaje planificado para que escuche a una banda borracha tocando el himno entre dos cantamañanas con el puño en alto, que le llaman hermano?
¡Qué manía de meter a Rey en estos charcos! Porque si Pablo Iglesias pide ir a firmar comunicaditos y acuerdos con sus coleguitas de extrema izquierda, que se lo pague él, pero no nosotros porque que este sea el que representa al Gobierno de España pasa, pero a los españoles no.
Y después, volvió a la carga Herrera en la tertulia, mientras se mofaba del asunto junto con sus contertulios:
Una banda borracha, con la canción aquella y tocando… y el otro con el puñito en alto, la mano en el corazón… el otro vestido con el traje ese que alquila o que se lo ha robado a un muerto. Y el otro firme aguantando ahí y pensando ‘pero qué clase de esperpento es este al que me somete esta gente’
