Es la noticia que ha vuelto del revés la actualidad política.
La detención en la isla italiana de Cerdeña a última hora del 23 de septiembre de 2021 del prófugo Carles Puigdemont marca, sin duda alguna, la agenda informativa.
Carlos Herrera arrancó este 24 de septiembre de 2021 desde los micrófonos de ‘Herrera en COPE’ analizando con profusión este acontecimiento y echando un jarro de agua fría a quienes celebraron su próxima entrada en prisión.
Afirmó que son muchas las incertidumbres sobre lo que pueda pasar con el político secesionista:
No es fácil hacer un pronóstico con la detención de Puigdemont. ¿Qué es lo que ha ocurrido? Que han ejecutado la euroorden de busca y captura, incorporada a un registro, que es donde van a parar esas euroordenes. La orden de detención estaba vigente gracias a la perseverancia de Pablo Llarena, que nunca dejó sin efecto esa euroorden. Y toda Europa sabe eso, aunque es verdad que hay países como Francia que hace poco no la ejecutaron y no le detuvieron cuando estuvo allí por las dudas que le generaba por su inmunidad como parlamentario europeo.
Herrera añadió que ahora toca un marasmo judicial en el que Italia tendrá que escuchar a todas las partes:
¿Y qué es lo que puede decidir el juez? Lo puede poner en libertad, puede adoptar alguna medida cautelar como dejarlo en la cárcel o decirle que se presente todos los días hasta que se vea qué puede hacerse con él. ¿Qué es lo que va a decir la defensa de Puigdemont? Pues que Escocia, Bélgica, Alemania, Francia han llegado incluso a negarse a detenerle, que hay una cuestión prejudicial ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea promovida por el juez Llarena ante la negativa de la justicia belga a ejecutar la euroorden y mientras eso esté en marcha, ustedes no pueden entregar a ese tipo. La justicia italiana oirá a las partes y será el juez quien decida entregarlo o no a España.
El periodista almeriense explicó que, a día de hoy, no va a ser sencillo que el expresidente catalán pueda acabar sentado en el banquillo de los acusados y declarando frente a un magistrado en España porque no interesa que la Justicia italiana conceda la extradicción solo por el delito de malversación.
Herrrera expuso que lo relevante es que el juez transalpino que tenga que juzgar a Puigdemont y decretar que España se haga cargo del independentista decida añadir el delito esencial para que no pueda volver a escapar de las garras judiciales. Y ese no es otro que el de sedición:
Ahora bien, cuando el juez italiano conceda la entrega, puede hacerlo por los dos delitos, sedición y malversación, o solo por uno, preferentemente malversación. Eso se lo pone más difícil al Supremo y a eso ya se negó en su día Llarena con los alemanes porque para que venga aquí, pague una multa y se vaya a su casa, pues no, para eso que se quede en Bélgica.
Si se aceptara solo por malversación, llega Puigdemont, repara económicamente lo que le reclama el Estado e impediría a Llarena tomar medidas cautelares contra él. Con lo cual este tío llegaría a Barcelona, rompe con ERC, obliga a una convocatoria anticipada de unas elecciones que puede ganar. Por eso no va a ser tan fácil ver sentado en el banquillo a Puigdemont. Y no es tan conveniente que sea juzgado como sea.