Se retratan solos.
La ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, dejó caer el interés del Ejecutivo de Sánchez en asaltar a los medios de comunicación para acallar a a la prensa libre.
Ante esta “idea” de la ministra risitas, el locutor Carlos Alsina ha salido al paso en su programa en Onda Cero, a criticar con agudeza este nuevo delirio que retrata el talante autoritario del sanchismo que ya no disimula las formas.
Primero, tira del sarcasmo al aseverar que esta propuesta forma parte de la “autocrítica” que hace el Ejecutivo. “La ministra encargada de informar al país cada martes de los acuerdos del Consejo de Ministros admite que no consigue su objetivo. Si se hubiera quedado ahí, hoy ni siquiera habríamos escuchado este pasaje”.
“Un espacio como el del tiempo: Brasero, ¡calienta que sales! A ver, todos los informativos que yo conozco han recogido las medidas que se han aprobado estos últimos meses sobre las becas o los recibos de la luz, de las hipotecas no sé a qué medidas puede referirse porque aún no me consta que se haya aprobado ninguna. Otra cosa es que los programas de actualidad tengan que ser el Boletín Oficial del Estado, que no parece”.
Alsina señala que Rodríguez es responsable de esta situación porque luego de los Consejos de Ministros acompaña alguna de las resoluciones del Gobierno con “frases que han sido fabricabas por el departamento de persuasión de la Moncloa para que sean reproducidas por los medios. El famoso argumentario. No vamos a descubrir ahora el océano”.
El presentador de Más de Uno le señala seis motivos por los cuales los medios en lugar de hablar solo de las medidas o de la “encomiable” gestión del Gobierno, señalan las polémicas.
“Ayudaría, ministra, si el gobierno en sus comparecencias ofreciera información y no consignas, o sea, si empezara por sacudirse el indiscutible sesgo que le imprime con gusto a todo lo que hace”.
Otro motivo que Alsina es que el Gobierno siempre convierte “la rueda de prensa del Consejo de Ministros en una plataforma desde la que lanza mítines en favor de sí mismo y en contra de Feijóo”.
También ayudaría a cambiar la situación si cuando se le cuestiona al Ejecutivo por su gestión, este «respondiera a lo que se le pregunta en lugar de salirse por peteneras… para acabar zurrando a la oposición”.
El irrrespeto constante a la Constitución también es señalado por Alsina, que estima que sería mejor “si fuera el propio gobierno quien, al aprobar sus proyectos, advirtiera que aunque los haya aprobado no está muy seguro de que sean del todo constitucionales, como le pasa ahora con la ley trans”.
El hecho de que el Gobierno invierte buena parte de su esfuerzo -y de los recursos públicos- en hacerse propaganda también es otra razón. Señala que debe “dejar de considerar servicio público toda la chatarra argumentativa que fabrica el laboratorio de marketing de la Moncloa”.
Monólogo de Alsina: " https://t.co/25N4OskbWY vía @OndaCero_es
— Miguel Angel Anton (@antonmiras) November 11, 2022
Y la última, aunque no menos relevante, es que el Ejecutivo le «encanta» bajar al barro a diario, generando polémicas. Por ello, señala que debe dejar de fingir sentirse “incómodo y disgustado con ellas. Porque las disfruta. Sólo hay que ver las caras de algunos ministros cuando opinan sobre lo que hace o deja de hacer Ayuso”, atiza.
La «idea» de la ministra risitas
Según la responsable de ofrecer semanalmente una rueda de prensa para dar cuenta de los acuerdos adoptados por el Ejecutivo central, con frecuencia lo que recogen los periodistas de sus declaraciones «no tiene nada que ver con lo que se ha aprobado en el Consejo de Ministros», sino «con el tema que esté de actualidad ese día». Por ello, ha añadido, le queda la sensación de que cuestiones que son «realmente valiosas» no llegan a la ciudadanía, lo que ha admitido que es una de sus «preocupaciones».
«Igual que tenemos un espacio para el tiempo, para saber si va a llover o no o cómo va a amanecer mañana, ante la necesidad de que la ciudadanía acceda con veracidad, tendríamos que reservar un espacio de información pública en cada informativo», defendió la socialista.
Unas palabras que encendieron las alarmas por significar un paso más en el cerco a la libertad de expresión en España.
De ahí que casi inmediatamente tuvo que salir un portavoz del Ministerio de la Presidencia del Gobierno para aclarar que “no es una propuesta formal del Ejecutivo, sino una idea lanzada en una charla informal”.
