El asunto comienza a ponérsele de color hormiga al PSOE y, por ende, al Gobierno Sánchez.
El Tribunal Supremo emitió el 4 de febrero un auto en el que acordó requerir al empresario Víctor de Aldama que aporte información detallada sobre varios aspectos clave relacionados con la investigación por presunta corrupción que salpica al exministro de Transportes, José Luis Ábalos.
Tiene un plazo de diez días para que presente una relación de los pisos que habría facilitado para encuentros en los que participaron Ángel Víctor Torres, actual ministro de Política Territorial, Koldo García y el extitular de Transportes. El Supremo exige detalles específicos sobre las fechas de los contratos de alquiler, duración de las estancias y los pagos realizados por dichos inmuebles.
Igualmente, también se le reclama que informe si se realizaron pagos a las ‘señoritas’ a las que mencionó en su declaración y, en caso afirmativo, identifique quién se hizo cargo de dichos desembolsos.
Rafa Latorre, en su editorial en ‘La Brújula‘ (Onda Cero), metió el miedo en el cuerpo a los socialistas:
Hay un auto del Supremo que ha disparado las alarmas en el PSOE y no es para menos, porque el juez que lo ha emitido ha requerido una información que indica que está apuntando bastante alto. No sólo a José Luis Ábalos y no sólo al hijo de José Luis Ábalos. Esto significa que el incendio amenaza con propagarse y con abrasar a personas muy relevantes del PSOE. Además de pedirle a la UCO, a la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, que investigue el patrimonio de Ábalos y su hijo y esos incrementos que se pudieran haber producido gracias al cobro de comisiones o mordidas, ha requerido las comunicaciones de la presunta trama criminal, cuyo muñidor es Víctor de Aldama, con el ministro Ángel Víctor Torres y con el presente secretario de Organización del Partido Socialista, Santos Cerdán.
El comunicador recordó que todos aquellos que pusieron en tela de juicio que Aldama pudiera aportar pruebas están ahora que no les entra en cacahuete por salva sea la parte:
Miren, cuando el séptimo de caballería tertuliano, le pedía a Víctor de Aldama que presentara las pruebas de sus acusaciones, quizás ignoraban que este día iba a llegar, que es el día en que tiene que aportarlas ante un juez. El auto del magistrado en la Sala de lo Penal, Leopoldo Puente, le está pidiendo a Víctor de Aldama que aporte, y además en un plazo determinado, una relación de los pisos que asegura haber facilitado para encuentros en los que participaban el ministro Ángel Víctor Torres, y que, por lo tanto, no se ha podido hacer. Entonces veremos si efectivamente se trata de insidias de Víctor de Aldama, o si puede probar que efectivamente sus afirmaciones están sustentadas en los hechos.

Le ha pedido fechas de los contratos, le ha pedido las estancias, el pago de los mismos, y sobre todo que indique si hubo algún pago a las que Víctor de Aldama llama señoritas, que es un repugnante eufemismo tras el que se esconde, pues, mujeres prostituidas. A ellas se ha referido en su declaración, y ahora debe demostrar, o al menos declarar, si abonó una cantidad y para quién se trataban esas prostitutas que esperaban ese piso para disfrute de los cargos socialistas, presuntamente y siempre según la versión de Víctor de Aldama.
Consideró Latorre que también existe otro personaje clave, la tal Jésica:
El juez también se ha interesado por otro de los personajes clave de todo este asunto, que es la célebre Jésica, que es la mujer que acompañaba a José Luis Ábalos, que cobraba por cada uno de los viajes en los que acompañaba al ministro de Transportes, ¿en condición de qué? Pues en condición de su novia, según José Luis Ábalos. Pero sería esta mujer a la que la trama de Víctor de Aldama le puso un piso, un piso de una renta generosísima de 2.700 euros, y que además era bastante exigente, a la hora de quejarse, con la satisfacción de determinados pagos, con los regalos que recibía y también con las prestaciones del piso. Cuando le fallaba la nevera, inmediatamente contactaba con la trama para decirle que esto que es, que no es forma de vivir uno. Por si fuera poco, tenía un sueldo público en una empresa dependiente del Ministerio de Transportes. Bueno, sobre todo eso se ha interesado el juez.
