Cuando se tienen el poder y la voluntad de hacer algo no se deben inventar pretextos justificatorios para no hacerlo
Menos dichos y más hechos es el titular de la columna de opinión que este miércoles el periodista gallego y colaborador habitual de ABC, Manuel Martín Ferrand, donde le lanza un mensaje a Esperanza Aguirre sobre el costoso mantenimiento de Telemadrid.
La presidenta de la Comunidad de Madrid manifestó su intención de privatizar la cadena autonómica mediante subasta. También subrayó que la Ley de terceros canales del PSOE se lo impide pero Martín Ferrand le recuerda a Aguirre que el cierre inmediato del canal está en sus manos y que eso no se lo prohíbe ninguna ley.
Esperanza Aguirre ha lamentado que los pensionistas sean víctimas del recorte del gasto público diseñado por el Gobierno. «Creo que es más justo, dijo la presidenta de la Comunidad de Madrid, reducir gasto en TVE».
Asegura ser partidaria de privatizar Telemadrid y de hacerlo «por subasta». No lo hace, en ejercicio de cabal renunciación -pobrecita-, porque «lo prohíbe la Ley de terceros canales que hizo el PSOE».
Cierto es que la normativa vigente en materia audiovisual es tan ramplona como protectora de las televisiones públicas, sea cual fuere su ámbito de emisión; pero si se considera que, todas en su conjunto, despilfarrarán este año cerca de tres mil millones, mucha tela, sería cosa de tomar medidas, especialmente en Madrid, en donde el espectador de la tele autonómica sale más caro que en cualquiera de las otras de su género.
Hoy por hoy no se puede privatizar Telemadrid. […] Lo que no impide la ley es el cierre inmediato de un medio tan inútil y sectario lo que, quizá, podría servir de ejemplo a sus equivalentes en toda España.
Cuando se tienen el poder y la voluntad de hacer algo no se deben inventar pretextos justificatorios para no hacerlo.
Con algunas modificaciones de estilo, Aguirre podría poner fin, al modo de Narváez, a la sangría económica de su televisión. Lo de «si por mí fuera» ya le está quedando largo y contradictorio. El poder es para ejercerlo en beneficio de la mayoría.