Numerosos ciudadanos, colectivos y partidos políticos han sido los que han pedido a la televisión pública la retirada de España del festival
La participación de España en el Festival de Eurovisión supone un coste anual cercano a los 300.000 euros.
Concretamente, cada año la Corporación RTVE destina 285.302 euros de su presupuesto, que proviene en su mayor parte de las arcas del Estado, a pagar una cuota fija por pertenecer a la Unión Europea de Radiodifusión (UER), organizadora del evento.
Además, en la pasada edición, la televisión pública se gastó más de 60.000 euros en la candidatura de la representante española en el festival Soraya, que quedó en penúltima posición. Este pésimo resultado se tradujo en baja audiencia y falta de respaldo por parte de los anunciantes, lo que propició que la cadena pública registrara unas pérdidas superiores a los 20.000 euros en la anterior edición de Eurovisión.
UN FESTIVAL ‘FREAK’
España no gana, y por lo tanto, no organiza el festival (lo que implica unos suculentos ingresos por publicidad y promoción en todo el continente) desde 1969. Sin embargo, nuestro país sigue fiel a su cita con Eurovisión año a año pese a su nula rentabilidad. Asimismo, a la imagen desgastada y anticuada del evento, se suma la fallida estrategia de TVE para convertirlo en un festival freak (como ocurrió en 2008 con la participación del personaje cómico Rodolfo Chikilicuatre).
Por ello, numerosos ciudadanos, colectivos y partidos políticos han sido los que han pedido a la televisión pública la retirada de España del festival, tal y como hizo Italia en 1997 debido a la falta de interés por parte tanto de la RAI y como de los italianos.
Originalmente publicado en La Gaceta.