La primera edición del Supervivientes de Telecinco que mezcló concursantes famosos y anónimos se saldó con una final de tres desconocidos que terminó llevándose este domingo, por los pelos, la polémica tasadora de joyas vascas María José Fernández, alias la mamá de la isla por ser la de mayor edad.
Se impuso la mujer que tuvo broncas con todos menos con Parri, el tercer finalista, a la también anónima Debi por un 50,4% frente a un 49,5%.
El Semanal Digital publica que, genio y figura, la vasca se erigió con el triunfo presumiendo de «cojones». Literalmente, «yo no he hecho estrategias, fui a currármelo con un par de cojones» o «¡no hacíais nada, qué cojones iba a valorar!», para explicar su falta de entendimiento con el resto de concursantes.
De hecho, algunos de los blancos de las críticas tanto de María José como del también anónimo Parri fueron las llamadas «rubias». A saber, Malena Gracia y Sonia Arenas. La ganadora se refirió a ellas sin nombrarlas reivindicando su condición de persona trabajadora que fue a la isla con la intención de currar, a pesar de ser de las de mayor edad, y de no ser tan guapa o vistosa como otras concursantes.
En esta línea, Parri también tenía en mente a las rubias (y alguna otra famosa) al asegurar en plató que «este programa es de supervivencia y no se viene a criticar a la gente ni a depilarse».
En cuanto a las razones, mientras Debi, que se quedó a las puertas, reconoció que quería ganar por dinero, María José aseguró rotunda que quería vencer por «éxito, éxito y éxito».