El vicepresidente, portavoz del Gobierno y consejero de Cultura y Deporte, Ignacio González, ha dicho hoy en la Asamblea que «no comparte» las afirmaciones que hizo a micrófono cerrado el tertuliano de «Alto y Claro» Salvador Sostres y que no hubiera «consentido» que las hubiera hecho en público.
«Ni Sánchez Dragó ni Sostres han dicho eso al público. En ningún caso hubiéramos consentido que pudieran hacer eso al publico», ha aseverado González en el pleno de la Cámara, en alusión a los comentarios proclives al sexo con menores de ambos colaboradores de Telemadrid.
Ignacio González ha vuelto a defender así que las palabras de Sostres se produjeron en el contexto de una conversación «privada» y ha retado a la oposición a «decir una sola vez que en la que alguien haya dicho algo que vulnere ningún principio constitucional en un programa de Telemadrid».
González ha argumentado que apartar a este contertulio de la televisión madrileña sería «propio de la Alemania nazi» o de una «caza brujas», y ha insistido en que esa no es su «forma de entender el pluralismo».
El vicepresidente ha contestado así al diputado socialista Juan Antonio Ruiz-Castillo, que ha opinado que los comentarios de Sostres hubieran merecido una «condena explícita» del Gobierno regional y una «actuación contundente» de la dirección de Radio Televisión Madrid (RTVM).
Ignacio González ha leído entonces las palabras pronunciadas en abierto hace unos años por Pepe Rubianes en TV3: «a mí la unidad de España me suda la polla por delante y por detrás…» y ha recordado que la televisión catalana «se negó a pedir excusas» y que los socialistas participaron en una manifestación con el lema «todos somos Rubianes».
El socialista Ruiz-Castillo, en cambio, ha sostenido que en Telemadrid «se está vulnerando el derecho a la protección de la juventud y la infancia» y que quienes lo hacen son «contratados por la dirección y pagados por los impuestos de los madrileños».
Según sus datos, el periodista y escritor Fernando Sánchez Dragó «se lleva» 6.000 euros todas las semanas y Sostres, 300 euros, «por decir lo que dice delante de decenas de niños de tres colegios y de trabajadores de Telemadrid».
Por su parte, Juan Ramón Sanz (IU) se ha declarado «espantado» por el «proceso de italianización» que, a su juicio, han emprendido los medios en España, y ha lamentado que con la legislación actual «doña Belén Esteban seguirá en televisión, marcando pautas y haciendo filosofía».
En su comparecencia, Ignacio González se ha manifestado «a favor de que se puedan privatizar las televisiones autonómicas» y les ha dicho a los socialistas que, «si son responsables, deberían habilitar esa posición en el Parlamento».
Ruiz-Castillo ha afirmado que su grupo cree en una televisión madrileña pública, plural, de calidad, no sectaria, con una dirección elegida por el Parlamento, que ejerza un escrupuloso trato a sus trabajadores y donde la libertad de expresión «no se confunda con declaraciones complacientes con la pederastia y la perversión sexual».
Juan Ramón Sanz ha explicado que a IU le «importa mucho el carácter público de las televisiones, aunque sólo sea por pura supervivencia», y se ha preguntado «quién amparará a Izquierda Unida en un mundo de televisiones privadas».