Lo tienen claro: «Queremos alejarnos de la bronca política». Es uno de los ejes de esta nueva televisión que se suma a la oferta de la TDT. Su director general, José Pablo López Sánchez, sabe que tendrán que padecer una «travesía del desierto» hasta que su cadena no sea sintonizada en todos los hogares. Pero confía que con «la defensa de un ideario católico por encima de simpatías partidistas» llegue a muchos telespectadores.
Con un presupuesto de 20 millones de euros para este primer año, López Sánchez tiene en sus manos el reto de convertir en tres temporadas a 13 TV en una empresa rentable. Ahora, en el inicio quiere ser realista.
«Nadie puede prender compararnos en audiencia con televisiones que ya están perfectamente sintonizadas en todo el país como Veo 7 o Intereconomía».