Feliz Año Peor.

MADRID, 30 (OTR/PRESS)

He buscado brotes verdes por todas partes, motivos para desearles a todos ustedes un feliz año 2011, razones para la esperanza, argumentos para levantar la cabeza y sonreír… y casi entro en una depresión profunda y pido hora al psiquiatra. Van a hacer que nos jubilemos más tarde y que cobremos menos. Vamos a pagar más impuestos. Nos van a subir todo no en cómodos plazos, sino de golpe y, encima el ministro Sebastián, el de las famosas bombillas, dice que la subida de luz «es poco más que tomarse un café» y que para ahorrar lo que debemos hacer es cambiar el frigorífico viejo por uno nuevo. La verdad es que no se nos había ocurrido y que es una brillante solución a los problemas de las familias que no llegan a fin de mes.

El 2011 promete. La inestabilidad política y la carencia de acuerdos entre los dos grandes partidos, que ya es muy alta, puede empeorar. Los Gobiernos nacional y autonómicos y los ayuntamientos están sin un duro y algunos con problemas para pagar las nóminas cada mes. Los sindicatos, que se oponen a la reforma de las pensiones y a más reformas laborales, amenazan con una nueva huelga general que, sin duda, ayudará a mejorar notablemente la situación. Los que han invertido sus ahorros en la Bolsa ven cómo cada día tienen menos y los que los tienen en los bancos, peor. No habrá más empleo y tal vez sigamos destruyendo empleo. Los mercados, ese ente invisible que nos gobierna, presionan cada día para que hagamos más reformas que el Gobierno no es capaz de acometer y el crédito que perdemos nos coloca en una situación aún más difícil. Debemos lo que no está escrito y para pagarlo tenemos que endeudarnos más y a un interés más elevado. El euro ha sufrido este año el mayor castigo frente al dólar desde 2005…

Así que he decidido desear a todos mis amigos, compañeros y lectores un «soportable 2011». Sobreviviremos, a pesar de todo. El mundo no se ha acabado todavía a pesar de las tragedias, de los desastres y de los políticos de turno. Su capacidad de aguante parece infinita. Y, además, la felicidad es algo relativo. Giacomo Leopardi decía que «la felicidad está en la ignorancia de la verdad» y Alberto Moravia que «la felicidad es tanto mayor cuanto menos la advertimos», de manera que cuanto menos sepamos, más felices podremos ser. No se armen líos: ignoren lo que pasa y no aspiren demasiado a ser felices. Simplemente disfruten de cada minuto que queda de 2010 y entren en el año nuevo preparados para todo pero con esperanza. Sonrían a pesar de todo. De momento es gratis… Feliz 2011, de verdad.

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