Celia Villalobos y Pilar Rahola protagonizaron el 10 de septiembre de 2011 un agrio enfrentamiento dialéctico en el programa La Noria, en Telecinco, a raíz del debate abierto sobre los recortes en educación propuestos por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.
La cascada de improperios de la ex política catalana a la diputada malacitana fue de órdago a la grande. Incluso el moderador de la tertulia y conductor del programa, Jordi González, se vio con más de un apuro para poder terciar y poner cordura entre ambas para que aquello no acabase como el rosario de la aurora.
Cuando más encendido estaba el debate, Celia Villalobos se limito a soltar, con evidente mala leche pero toda la justificación del mundo, que Pilar Rahola -tras presumir mucho de escuela pública y al igual que eminentes socialistas como el ministro Blanco- manda a sus hijos a una carísima institución privada en el extranjero.
En el caso de Pilar Rahola, a uno de los colegios más exclusivos de Suiza. Por esa razón acusó a la catalana de predicar una cosa y hacer la contraria:
Todas las comunidades autónomas han recortado en educación en los dos últimos años, las que más Andalucía y Castilla La Mancha cuando ha gobernado el señor Barreda. Lo que está haciendo Esperanza Aguirre no es un recorte porque no afecta a la educación. Lo que sí puedo decir es que aquí la única que ha llevado a sus hijos a una escuela pública he sido yo.
A lo que Rahola replicó:
Yo también.
Y respuesta detallada de Villalobos:
Tú, no. Tú te has ido a Suiza a llevarlos a un colegio privado.
La ex diputada catalana aclara que:
Yo he llevado a mi hija a la escuela pública. Es muy feo lo tuyo, muy feo y además eres sucia, muy sucia. ¿Qué te crees que es esto? ¿el corazón? Eres una impresentable. ¿Qué coño sabes tú de mi vida? No metas a mis hijos porque ellos no son parte del debate, habla de Esperanza Aguirre, ¡anda ya!
Y no fue el único encontronazo de la parlamentaria popular. Minutos después también se las tuvo tiesas con Maria Antonia Iglesias, quien, con mejor tono y más sentido común de lo que había intentado de forma patosa un instante antes Enric Sopena, salió en defensa de Rahola y decidida a hacer trizas a Villalobos:
La ex jefa de los servicios informativos de Televisión Española se dirigió a Villalobos y le advirtió de que le «iba a dar una leche»:
Yo, con todo el dolor de mi corazón, porque sabes que te quiero mucho, y sabes que no es la primera vez que te lo digo, te voy a dar una leche. Has hecho una cosa indecente, que es utilizar para una dialéctica pública política una conversación privada que hacía cinco minutos que habías mantenido con Pilar Rahola a propósito de su hija que se había ido a estudiar a Suiza. Eso es obsceno, bajo y te descalifica como persona y a eso no hay derecho.
Iglesias echó en cara a Villalobos, como una falta absoluta de ética, que hubiera sacado a colación un dato puesto en evidencia minutos antes, durante una conversación supuestamente privada:
A partir de ahora recomiendo a todo el mundo, también al respetable, que nunca te hagan una confidencia, que nunca te hablen nada en el terreno personal porque no te lo mereces y porque lo que has hecho es de una persona desvergonzada. Has utilizado de forma artera y privada una conversación privada. Es inmoral lo que has hecho y no eres digna de confianza.
Alfonso Rojo, sin entrar en detalles y mientras Isabel Durán asentía divertida, le recordó a María Antonia que ella lo hace a menudo y sin explicar más concluyó: «Conmigo, al menos una vez».
Y en medio del sermón de Iglesias añadió Rahola:
Tú (refiriéndose a Celia Villalobos) no tienes derecho a hablar de mis hijos. Has sido muy cerda, eres muy cerda y muy ruin el querer convertir un debate político en un debate personal. Si yo he mandado un año a mi hija a aprender inglés lo he pagado yo. Eres ruin, muy ruin.
La tensión fue brutal. Rahola, en el intermedio, se ausentó furiosa, tanto, que hasta se le saltó un botón de la blusa y tuvieron que darle a toda prisa un imperdible para que no mostrara la ‘pechuga’ durante el tramo final del debate.
La salida no mejoró las cosas. María Antonia se fue sola y despacito, como suele ser habitual. Sopena y Rahola hicieron piña rumiando en voz baja y Celia Villalobos se fue tan pancha y aparentemente feliz.