Me ha sido muy difícil encontrar trabajo en el cine o en la tele como actor
Una bufanda del Athletic de Bilbao preside la pared principal de su despacho. A su alrededor varias fotos ilustran algunos de los viajes que Carlos Sobera (Baracaldo, 1960) ha emprendido durante sus 51 años. La bella estampa del Machu Pichu llama la atención en una de ellas. En el resto de la pared se intercalan retratos que tienen a la familia del vasco como protagonista con otras postales exóticas en el que, curiosamente, no faltan personajes famosos. Sofía Loren -en una cena de gala- y Eduardo Gómez (‘Aquí no hay quien viva’) -en la cabina de un avión- acompañan a Sobera en algunas de las instantáneas.
El de Baracaldo recibe a Periodista Digital en una de las etapas más dulces de su carrera. Desde hace dos meses viene triunfando en su regreso a Antena 3 con el concurso ‘Atrapa un millón’.
Con una media aproximada del 10% de ‘share’, el espacio ha sorprendido al plantar batalla a ‘Sálvame’, hueso duro de las tardes y en la franja del ‘prime time’ de los viernes con su versión ‘deluxe’.
«Hoy en día hay tanta pasión por la ficción, los realities y los programas del corazón que los concursos parecía que estaban desterrados. Es sota, caballo y rey. Vamos, un aburrimiento. Por eso al principio me pareció muy peligroso programar un concurso en ‘prime time’. Creía que íbamos a sufrir mucho.»
Bregado en este tipo de formatos, Sobera no se ve orientando su carrera hacia otro tipo de contenidos.
«Nunca podría presentar un programa del corazón. No es mi perfil y además tengo curiosidad cero por la vida de los demás. No me interesa un pimiento.
Y segundo, no me gustaría trabajar en este tipo de programas porque ahora tienen un plus de agresividad que antes no tenían. En esto Telecinco destaca más que Antena 3«
Cercano y ocurrente en sus comentarios, el presentador no siente nostalgia por sus años como profesor en la Universidad del País Vasco. «No lo echo de menos porque sigo utilizando el mismo recurso, la misma forma de comunicar, frente al objetivo de la cámara», argumenta.
Sobre su otra faceta artística -la de actor-, Sobera se muestra resignado. Reconoce que tras el éxito que tuvo en Telecinco al frente de ‘¿Quién quiere ser millonario?’ (1999-2002) le cuesta desprenderse de la etiqueta de presentador. Una circunstancia curiosa teniendo en cuenta que fue la interpretación la que le llevó a instalarse en Madrid con la serie ‘Al salir de clase’.
«Me ha sido muy difícil encontrar trabajo en el cine o en la tele como actor. En el teatro sí hay oportunidades pero porque les gusta aprovechar la inercia de los rostros conocidos de la televisión y están menos atados a prejuicios»
