¡Vaya trabajo que le hizo Rahola! Ciudadanos debería contratarla.
Pilar Rahola, hagiógrafa de Artur Mas, trató este sábado 1 de diciembre de 2012 de ser el centro del programa, dedicado por Telecinco a presentar a Albert Rivera como el fenómeno electoral de Cataluña.
Y concluye Manuel Romero, director y editor de ‘La Voz Libre’ en una larga crónica sobre el tema, que la Rahola cumplió con sus tres males: como política, como periodista y como persona.
LAS TRES PRUEBAS PERIODÍSTICAS
Existen tres pruebas periodísticas a las que está expuesto un humano y que difícilmente pueden superar con humildad: que ‘El País’ te lleve a titular de portada, que el dibujante de ‘El Mundo’ te convierta en ilustración de la carta dominical de Pedrojota Ramírez, y que ‘El Gran Debate’ de Telecinco repase tu biografía al estilo ‘Esta es su vida’.
Y este es el examen que ha superado Albert Rivera, presidente de la formación política Ciutadans-Ciudadanos, que con 33 años recién cumplidos, se ha convertido en el fenómeno revelador de las últimas elecciones catalanas.
Él mismo apuntó, en la noche electoral, a la figura bíblica con la que se siente identificado. Frente al Mesías Artur Mas, a quien le sorprendieron las aguas de la travesía con sus poderes debilitados por las urnas, Albert es el David humilde que se enfrenta a un Goliath todopoderoso en intereses tejidos en los medios.
Por eso, las loas almibaradas que en su día ‘La Noria’ concedió a José Montilla distan un abismo del sencillo repaso biográfico que ‘El Gran Debate’ ofreció de Albert Rivera.
Tan natural, que el protagonista afrontó el trance sin maquillaje porque las incidencias de su viaje desde Barcelona hicieron que pasara directamente del taxi al estudio de Telecinco.
«ARTUR MAS DEBE DIMITIR»
Albert Rivera expuso su línea argumental post electoral:
«Artur Mas es más un problema para Cataluña que una virtud» y sostuvo que lo conveniente es que el presidente de la Generalitat «debería dimitir» por haber intentado crear un cisma en la sociedad catalana, haber acudido a unas elecciones anticipadas para impulsar su proyecto separatista y haber perdido 12 escaños en el intento. Además de menguar el bloque secesionista (CiU, ERC y CUP).
«CiU debe plantearse su relevo».
El presidente de Ciudadanos mostró a su formación como la semilla de la tercera vía, a la que ya se refirió durante la campaña electoral, como fruto de la sociedad civil, al margen de las estructuras anquilosadas de los partidos tradicionales.
La periodista Isabel Durán, que con Pilar Rahola -que tiene capítulo aparte- asumieron el custionario, le planteó la posibilidad de dar un salto a la política nacional y Albert Rivera no sólo no lo desmintió, sino que lo asumió como una posibilidad a medio o largo plazo:
«Hay mucha gente que lo quiere y nosotros estaremos allí [en toda España] y yo también estoy dispuesto a trabajar por eso».
Jordi González preguntó a Albert Rivera si apoyaba la celebración de la Constitución que la ‘Fundación DENAES para la Defensa de la Nación Española’ ha organizado el próximo 6 de Diciembre de 2012 en la plaza de Colón, en Madrid.
Tras un breve reportaje introductorio del presidente de esa organización, Santiago Abascal, Rivera señaló que asistiría a la manifestación de Barcelona, a las 11.00 horas, entre las plazas de Urquinaona y de Sant Jaume.
«Las constituciones se celebran en todo el mundo: en los Estados Unidos o en Australia… es un motivo de fiesta. Es más, nosotros defendemos que en vez de el 12 de Octubre, el Día de España sea el Día de la Constitución. El 6 de Diciembre estaremos en la manifestación como catalanes que nos sentimos y somos plenamente españoles».
DESDE LA INFANCIA A LA POLÍTICA
De los pasajes biográficos de Albert Rivera que mostró ‘El Gran Debate’ destacaban, por desconocidas y curiosas, sus fotografías infantiles y juveniles; los recuerdos de su entrenador de natación y waterpolo, Ignacio Lobera, que describió a su pupilo como «jugador rocoso«; su estreno como diputado del Parlamento de Cataluña el 17 de noviembre de 2006, con 27 años recién cumplidos; su primer cartel electoral, con el desnudo integral y las manos estratégicamente cruzadas pudorosamente; su incursión en los medios -como fuera, con tal de llevar la voz de su formación a todos los ámbitos de la comunicación-, incluso con su participación en el concurso de oratoria ‘El Comecocos’, conducido por Mercedes Milá… hasta llegar a la intervención de Mariona Saperas, su mujer.
Ella recordó a Albert Rivera como «el guaperas de la clase» y le describió como «el tío muy noble que es capaz de defender cosas que, aunque vayan en contra de él, las defiende».
El propio programa dio a conocer uno de esos casos: Albert Rivera, desplegando desde la tribuna de oradores del Parlamento de Cataluña un periódico que mostraba a José Montilla, entonces presidente de la Generalitat, en una corrida de toros en Barcelona.
Y sin embargo, no era para afearle esa conducta al ahora ex President, sino para defender el derecho de los taurinos a mantener esa tradición, pese a que Albert Rivera no es aficionado.
«Lo hago, señor Presidente -dijo le dijo Rivera en el pleno- para que usted pueda seguir yendo a los toros y para que su partido no se dedique a perseguir, prohibir y a tratar de borrar de la sociedad catalana todo aquello que, como las muñecas flamencas, le recuerdan al resto de España».
‘El Gran Debate’ mostró la intensidad de Albert Rivera en la defensa de sus ideas políticas.
Comenzó en su juventud con la curiosidad de averiguar qué se cocía en el Partido Popular, lo que ahora le han lanzado como arma arrojadiza sus rivales.
Albert Rivera explicó que lo que hizo fue dar su dirección para que le llegaran las actividades que desarrollaba ese partido, «porque nunca me afilié, ni milité, ni tuve carné o cuota, ni asistí a ningún acto, ni participé en ningún asunto del PP».
El jurista e intelectual Francesc de Carreras, que puso los cimientos de Ciudadanos, junto a Albert Boadella y a Arcadi Espada, elogió en el programa la figura política de Rivera.
Coincidiendo con el día de lucha contra el VIH, Rivera relató que su tío Albert murió víctima de esa enfermedad en los años 80 y «por eso entiendo especialmente a la gente que reclama más investigación para atajarla».
Las imágenes más emotivas fueron las de su hija Daniela, de año y medio, acercándose a la pantalla de la televisión para abrazar a su padre, «al que echa de menos por sus largas ausencias de casa», dijo la voz en off.
Mariona Saperas explicó que la forma que tiene de suplir esa carencia es poner vídeos en casa con imágenes de Albert Rivera.
«La niña me lo pide», relató la madre.
Isabel Durán señaló que en el caso de Albert Rivera se cumplía el dicho ‘detrás de un gran hombre hay una gran mujer‘, lo que fue corregido por Albert Rivera:
«En mi caso no es detrás, es ‘junto’, vamos juntos en nuestra vida».
PILAR RAHOLA, CAPÍTULO APARTE
Manuel Romero, que es periodista de larga trayectoria y afilada pluma, sacude a Pilar Rahola una auténtica mano de palos en su crónica de ‘La Voz Libre’:
Pilar Rahola afronta tres maldades que se han convertido en sus señas de identidad: es mala política, porque salió con los pies por delante de Esquerra Republicana de Catalunya para aliarse después con un personaje tan estrafalario como ella, Joan Laporta, con peores resultados.
Es mala periodista, porque no se recuerda una sola pieza con relevancia informativa que no hayan sido hagiografías al servicio del poder.
Y es mala persona, porque ni siquiera logró taponar la bilis en una entrevista en la que ella no debía tener otro papel que el de formular preguntas.
Fue imposible que Pilar Rahola dejara de ser esencia de esas tres maldades. Así que las representó cada una de forma magistral.
Como mala política, no reconoció el veredicto de las urnas del 25N y trató de edulcorar la caída de CiU. Como mala periodista, practicó el sermón antes de planear una pregunta al entrevistado.
Y como mala persona se lució al dejar entrever la envidia que le causaba tener enfrente a un compañero de tertulia, convertido en el ejemplo del éxito, alcanzado por el camino de la razón y la humildad.
Y si todavía faltaba algo en la egolatría de Pilar Rahola, fue convertirse en portavoz político de Duran Lleida, quien le envió un mensaje a través del teléfono móvil durante un descanso publicitario para desmentir la información de ‘La Razón’.
Este periódico había afirmado que Artur Mas, en la noche electoral, puso su cargo a disposición de la coalición.
Rahola, ansiosa de robarle protagonismo a Albert Rivera, cometió entonces tres traiciones: una, al personaje que le confió el dato.
Otra, a Artur Mas, que habría preferido que se creyera que su humildad le llevó a ofrecer su dimisión y fue la coalición la que le apoyó para que continuara.
Y por último, se traicionó a ella misma: en su empeño de ser muerto en el funeral y reina por un día en las entrevistas que se hacen a otros, logró que Albert Rivera apareciera como el joven educado con discurso razonable, que encanta a todos en una reunión familiar.
¡Vaya trabajo que le hizo Rahola! Ciudadanos debería contratarla.