Jaume Roures contempla el desmoronamiento de su imperio, que boquea fuera de las orillas del zapaterismo.
La cadena que le concedió el Gobierno socialista, cuando todo indicaba que el beneficiario iba a ser el Grupo Zeta, culminó este 26 de enero de 2012 mismo su fusión con Antena 3, a falta del visto bueno de Competencia a la compra.
El modelo de La Sexta, que irrumpió acaparando derechos deportivos, chequera en mano, solo ha acumulado pérdidas en poco más de seis años.
Roures emprendió una guerra, la del fútbol, que no pudo permitirse.
La F-1 es otro ejemplo de lo que supone vivir por encima de las posibilidades.
Mediapro, productora del empresario de ideología supuestamente izquierdista pero con una de las carteras más abultadas del país, perdió grandes concesiones en RTVE. Por «España directo» recibía 14 millones al año.
‘Público‘, diario nacido en 2007, presentó hace unos días solicitud de declaración de concurso voluntario de acreedores.
Como subraya sardónico el diario ‘ABC‘, e queda la posibilidad de ganar un Oscar, o hasta tres, arrimado al talento de Woody Allen, menos efímero que ZP.