El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, recibe el miércoles 15 de febrero de 2012 en el Palacio de la Moncloa a Alfredo Pérez Rubalcaba en calidad, ya sí, de líder de la oposición como nuevo secretario general del PSOE. Sobre la mesa y en la agenda gubernamental, tanto las reformas emprendidas por el Ejecutivo, como los múltiples nombramientos institucionales pendientes (cuatro magistrados del Tribunal Constitucional del turno del Congreso de los Diputados, Tribunal de Cuentas, Defensor del Pueblo, Consejo de Radio Televisión Española, etc.).
Entre todos ellos, el Ejecutivo confía en acelerar inmediatamente la designación de un nuevo presidente de la Corporación RTVE y, según fuentes del mismo, Rajoy espera que esté designado «en diez días». Todas las fuentes consultadas por LA GACETA apelan a alguien «con perfil técnico» (más información en pag. 51). Respecto al Constitucional, el Gobierno y el Partido Popular defienden su derecho a proponer en la Cámara Baja tres de los cuatro
nombramientos de los magistrados, frente a uno del PSOE, «a tenor del resultado electoral». En cualquier caso, el nuevo TC reflejará una clara mayoría absoluta conservadora. La figura del Defensor del Pueblo, por su parte, tradicionalmente no ha acarreado grandes problemas en su designación; mientras que en el Tribunal de Cuentas deberán acordar cuotas para renovar a sus doce consejeros -en funciones desde noviembre-.
Ahora bien, más allá de unos nombramientos ante los que el Ejecutivo y el PP preven batalla, Rajoy afronta la cita con la esperanza de modular la oposición inicial de Rubalcaba ante la Ley de Estabilidad: el desarrollo de la reforma constitucional exprés que ambos acordaron.
Rubalcaba y los suyos esgrimen que el PP y el Gobierno han aprovechado la norma para romper aquel consenso imponiendo el déficit cero frente al 0,4 inicial, aunque desde el Ejecutivo confían en que el PSOE finalmente apoye esta ley, «porque saben perfectamente que en Europa nos miran con lupa». Además, tal y como destacan fuentes del PP, «durante el cara a cara con Rajoy preveíamos una actitud más dura de Rubalcaba».
Así, una vez que el PSOE ha anunciado su apoyo a la reestructuración del sistema financiero, el Ejecutivo presupone que la oposición del PSOE se ceñirá fundamentalmente a la reforma laboral.
Además, aunque no está en la agenda del encuentro, se da por hecho que Rubalcaba y Rajoy aborden el escenario abierto tras la declaración de intenciones de ETA.
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