Luis Fernández quiso vender las sedes de Prado del Rey y Torrespaña y a Alberto Oliart le preocupaba el futuro de la alta definición y el desenlace de la serie La señora
Hubo un tiempo, ya un poco lejano, en que el especialista en ‘perseguirla hasta el catre‘ era ‘El Mundo’. Pillaba un tema, como el Gal o lo que fuera y machaba sobre la noticia, repitiendo si era preciso lo mismo un día si y otro también, hasta que los afectados perdían la cabeza o el asunto revantaba.
Con el diario de Pedrojota en plena metamorfosis hacia no se sabe qué, es ahora ‘El País’ del millonario Juan Luis Cebrián quien han asumido la costumbre.
Lo hicieron con los trajes del presidente Francisco Camps, a quien dedicaron casi un centenar de portadas, lo han repetido con los viajes del magistrado Carlos Dívar hasta que este tiró la toalla y parecen empeñados en repetir la jugada, y darle leña al mono hasta que aprenda francés, con Julio Somoano y la política seguida por Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría en RTVE.
Nada menos que dos piezas y ambas destacadas, dedica ‘El País’ este 8 de julio de 2012 al tema.
Van casi juntos, ambos los firma Rosario G. Gómez y uno se titula «La audiencia de RTVE se desploma tras el recorte presupuestario» y el otro, «Julio Somoano, ‘el lado oscuro’ de Telemadrid«.
No es difícil, apartir de ahí, adivinar el contenido, pero les vamos a facilitar la tarea, resumiendo lo esencial.
Tras recordar que Luis Fernández quiso vender las sedes de Prado del Rey y Torrespaña y que a Alberto Oliart le preocupaba el futuro de la alta definición y el desenlace de la serie La señora, recuerda ‘El País’ que ahora llega el turno de Leopoldo González-Echenique, a quien La Moncloa ha dejado manos libres, pero que no podra hacer gran cosa.
El Gobierno ha convertido la televisión pública en un régimen presidencialista. El papel del Consejo de Administración ha sido prácticamente anulado desde que el PP se ha hecho con una cómoda mayoría absoluta. Ha nombrado a seis de los nueve consejeros (incluyendo al presidente) mientras que CiU, PSOE e IU suman uno cada uno.
La gestión de Echenique se ve condicionada por la situación económica de RTVE. El Gobierno ha recortado este año la subvención estatal en 204 millones de euros. Pero el ajuste en el presupuesto de gasto es aún mayor: ronda los 230 millones. En total, la corporación cuenta con unos 970 millones (un tercio, 378 millones, van para gastos de personal) y este hachazo se está notando ya en las audiencias.
Del liderazgo claro ha pasado al tercer puesto. En diciembre de 2011, cuando todavía no había llegado la tijera, La 1 era líder con una cuota de pantalla del 14,7%. El mes pasado cerró con el 11,5%, la audiencia más baja de toda su historia. Sin frenos que amortigüen la caída, algunos directivos no descartan que La 1 se coloque por debajo del 10% en breve.
En la pieza dedicada a despellejar a Julio Somoano, ‘El País’ comienza detallando que primero se ofreció el puesto de director de informativos a Pedro Roncal y que, cuando este dijo que no aceptaba, González-Echenique recurrió de nuevo a la lista mágica, «esa en la que aparecían periodistas a los que ni siquiera conocía» y llamó a Julio Somoano.
El nombramiento de Somoano sorprendió incluso a sus compañeros en la autonómica. Recuerdan que llegó a Telemadrid como una estrella. Un rostro desconocido fichado para sustituir a un popular Luis Mariñas en el Telenoticias de las 20.30. Las audiencias se estaban despeñando y Telemadrid confió en el joven periodista. Pero el share seguía cayendo. “Somoano tenía una cuota que a veces no llegaba al 3%, lo que viene a ser un cero técnico”, dicen en Telemadrid.
En la autonómica sitúan al periodista entre el equipo de “fieles” a Esperanza Aguirre y citan a Ana Botella como una de sus principales valedoras.
Asiduo a las conferencias de FAES, la fundación de estudios del PP, es autor de una tesis posmáster para la Universidad Autónoma de Barcelona en la que desgranaba la estrategia que debería seguir Mariano Rajoy si quería conquistar La Moncloa en 2008.
Redactado en 2005, ese texto fue solo un trabajo académico, según su autor: “Lo hice sobre el PP como podía haberlo hecho sobre ERC”.
Muchos se sorprenden que redactara esa tesis mientras trabajaba en una televisión pública, que debería exigir independencia y neutralidad a sus periodistas.
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