Otros, como Iñaki Gabilondo, la voz de la conciencia progresista que alecciona en sus videoblogs por las mañanas, se retrataba justificando un ERE que, obviamente, a él no le va a afectar
El periodista Manuel Ortega, pilar profesional del diario online ‘El Semanal Digital’, tiene indudable talento para captar lo que se cuece y palpita en el bullicio d elos medios de comunicación españoles.
Y esta semana lo ha bordado. Por su indudable interés y aunque lo que relata se refiere a la pasada semana, reproducimos su artícuco:
Sucedió el martes pasado, durante el debate de Te damos la tarde, el espacio de Nieves Herrero en 13TV, cuando la temperatura dialéctica subió varios grados y el sindicalista de Comisiones Obreras José Manuel Juzgado Feito tildó a Isabel Durán de «princesa de la caverna«, lo que llevó a que la periodista cogiese el montante y se marchase del plató.
Juzgado Feito, por cierto, no es un cualquiera, sino todo un secretario de Política Sindical del sindicato que controla Ignacio Fernández Toxo.
Los ánimos están caldeados. Bastaba asomarse el sábado pasado a Twitter para ver cómo echaba humo ante los despidos -129- de El País.
Ha sido el colofón a varias semanas de tensión y enfrentamiento como nunca se habían vivido en el diario de Prisa y no ha dejado de sorprender que en su explicación a los lectores el anónimo escribiente exhalase tal rencor contra tantos y tan diferentes, desde el comité de empresa a los que habían informado sobre el asunto.
Casi, casi, vamos, como si el editorial lo hubiera escrito Juan Luis Cebrián en uno de esos momentos de furia en los que piensa en José Luis Rodríguez Zapatero.
Perdón, ¿he dicho editorial? Mea culpa, no fue tal, que es la forma en que un periódico suele comunicarse con sus lectores, sino una especie de noticia, lo que ha dado pábulo a que algunos malpensados afirmasen que se hizo así para evitar alguna cláusula del Estatuto de Redacción o similar…
Tras hacerse pública la lista de despedidos, llama la atención la salida de algunos históricos como Luis R. Aizpeolea o José Yoldi.
En este último caso, y líneas editoriales al margen, desalojar de un diario a un tipo que tiene en la pared la cabeza de todo un presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), caza mayor, causa extrañeza, periodísticamente hablando.
Otros no causarían tanta de no ser porque están ya muy calados.
Cuando una buena parte de la plantilla y de los colaboradores se ha mojado en el tema del ERE, aparece la nueva campaña agit prop sindical para el 14-N con todos los clásicos de siempre. Están en su derecho.
Pero que lo haga Juan José Millás, colaborador de El País que -si no me equivoco- no ha dicho ni mú durante toda la crisis de la reducción de plantilla, es para hacérselo mirar.
Otros, como Iñaki Gabilondo, la voz de la conciencia progresista que alecciona en sus videoblogs por las mañanas, se retrataba justificando un ERE que, obviamente, a él no le va a afectar.
Tampoco lo hizo el cierre de CNN+, cuando buena parte de los currantes se fueron a la cola del paro mientras él acababa en un Consejo de Administración. Siempre hubo clases, oigan…
El caso recuerda bastante al del editor más rojo de España, Jaume Roures, que llevó a sus trabajadores de Público al Fogasa y, por si no tuviera bastante, echó mano de métodos poco elegantes para hacerse con la cabecera. Pero no se puede pedir peras al olmo.
Los que sí están dispuestos a pedir algo más que peras, en este caso a Kiko Hernández, de Sálvame, son los Abellán.
El asunto Sharay ha puesto en el candelero durante toda la semana a José Antonio Abellán y Mara Colás en defensa de su hija. Y, si se cumplen las palabras del locutor de ABC Punto Radio, puede dar mucho más de sí.