David Bustamante protagonizó el 11 de noviembre de 2012 una ‘tangana’ durante un partido de fútbol en una liga de aficionados, que se saldó con tarjeta roja y su expulsión definitiva del campeonato. Según su propio testimonio perdió los nervios después de que a lo largo del partido recibiera constantes provocaciones por parte de un miembro del equipo rival.
Lo que no hubiera pasado de una anécdota dentro de una competición no profesional como muchas otras, se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para el cantante. Denuncia que desde Telecinco ofrecen ‘cheques en blanco’ a quienes estaban en el campo para que vayan a hablar contra él.
Antonio Abellán han entrevistado este 4 de diciembre de 2012 a Bustamante en su programa de ABC Punto Radio para hablar de lo ocurrido en el partido y de los intentos que, según él, hace Telecinco de conseguir testimonios en su contra —David Bustamante – 04/12/12. El cantante se defiende de la campaña de Telecinco contra él–.
Ha sostenido que era normal que en los partidos que jugaba con su equipo, Los Desperdicios, hubiera jugadores de los equipos contrarios que buscaran provocarle tanto a él como a otros famosos que participan en la misma liga. También, según él, hay otros rivales que tienen una actitud contraria. En todo caso, dijo haber pedido disculpas a la persona a la que empujó y se mostró arrepentido en diversas ocasiones por haber actuado así.
Abellán toma partido en todo momento por Bustamante, que desde el principio critica a Telecinco:
Después de las imágenes y de la campaña de destrucción de imagen que nuevamente hace Telecinco hacia mi persona, en una campaña importante para todos los artistas, una vez ya harto y hablando con mis abogados me he desahogado.
Cuenta que la relación con los jugadores del equipo rival es muy buena y que incluso le han invitado a ir a jugar con ellos a otra liga. Acusa a la cadena de televisión de intentar conseguir testimonios contra él:
Uno de los jugadores me llama a mi teléfono y me dice que no sólo ello no están fomentando todo esto, sino que está más que olvidado y que están hartos de que les llamen de Telecinco, en especial al Sálvame Deluxe para ponerme a parir ofreciendo cheques en blanco.
Se queja de que no informan de actividades benéficas en la que participa, como la organización de un partido de famosos para recaudar fondos para Cáritas:
Yo no me imagino en este tipo de programas diciendo: «Bustamante vuelve a hacer algo benéfico… Le hemos visto ayudar a los más desfavorecidos. Ha vuelto a hacer algo para ayudar a los demás». Yo no les veo hacer eso.
Parece que no hago más que cosas mal. Me mato a trabajar, he hecho más de 60 conciertos este año. No vienen a cubrir ni un concierto. Yo soy cantante. Además que les importa una mierda. Y ya esta bien. Si no les interesa, estoy de acuerdo, pero lo que no puede ser es que manchen mi imagen, porque yo vivo de ella.
Abellán le dice que no es la primera vez que esto ocurre. Él le da la razón:
Hace tiempo le dieron también muchísima caña [en Telecinco] a mi familia por un problema. Y además estuvieron llamando a una chavala. Se paró todo porque mi abogado pegó un golpe sobre la mesa porque estaban llamando a una chavala para que fuera a hablar de mi familia, para que malmetiera. Lo que interesa es destruir. Y yo no lo entiendo. No lo entiendo, señor Vasile, señores de Telecinco. No entiendo que os hagáis multi-mega-millonarios a base de destrozar la vida de muchas personas.
Yo entiendo que si alguien roba utilizando un cargo público, si alguien hace algún mal, haya que meterle caña. Porque no son tan valientes com otras personas, con otras entidades que meten la mano en lo que no es suyo. No les veo tan valientes ahí.
Al final de la entrevista, Abellán insiste en mostrar su enfado con el asunto:
En un partido de aficionados. Al final están hablando de ello tres semanas después. Es que ni la Champions tiene esa transcendencia, a la velocidad que corre.
El periodista concluye hablando del caso de su hija y su expulsión de ‘La voz’ de Telecinco:
Como muchos sabrán, me he tenido que morder la lengua porque sé perfectamente de lo que está hablando. Y no en mis carnes sino, más doloroso todavía, en la de mi hija.