La premonitoria Escuela de Mandarines del ensayista murciano Miguel de Espinosa dividía a los hombres en rebeldes y aprovechados; los primeros, comprometidos con la ética, los segundos, rendidos a los intereses de la Feliz Gobernación, ciudadela laberíntica donde se cuecen los intereses y negocios de la casta gobernante abrigada por el obediente mandarinato, devorador de prebendas y poltronas ministeriales.
La entrevista que el ampuloso Jesús Hermida hizo al Rey Juan Carlos I –«una entrevista que ya forma parte de la historia de España», según resumió Julio Somoano, director de los informativos de RTVE– de lo que forma parte es de la hemeroteca del absurdo de ese mandarinato enmucetado que perdona cualquier fechoría monarca a cambio de unos modestos estipendios.
Hermida ha seguido al pie de la letra la regla de oro de cualquier mandarín de la Feliz Gobernación ibérica: no preguntar. No preguntar para que todo siga igual porque estamos encantados de conocernos. Somos estupendos, como nos quiso decir Fofito.
El mandarinato nos propone una sensiblería de anuncio, de diseño, en la que debemos aceptar como algo positivo que –¡lo dice el anuncio de Fofito!– «exportamos a los jóvenes más preparados de nuestra historia», que es como alegrarse de tener cinco millones de parados porque eso hace que el Metro vaya más vacío en hora punta.
Que nada ni nadie nos quite nuestra manera de disfrutar la vida. Es el lema del anuncio de Fofito y Campofrío pero bien se lo podría haber apropiado Hermida para rematar su entrevista.
«NO SEREMOS LOS NUEVOS URDACI»
El ‘marianismo’ mediático se muestra encantado de hacer de correa de transmisión de un urgente lavado de cara de TVE al Rey para olvidar el ‘annus horribilis’ en el que el monarca pidió perdón por ir a cazar elefantes mientras muchos españoles buscan comida inquiriendo contenedores de basura.
Hasta ahora, la consigna mediática del Gobierno Rajoy en TVE, dictada al milímetro por Soraya Sáenz de Santamaría a su hombre de paja en la casa, Leopoldo González-Echenique, era que no hubiera consigna.
«No seremos los nuevos Urdaci». De ahí que no ha habido ningún desmantelamiento ni caza de brujas en TVE. La hija de Cebrián y la mujer de Nacho Escolar siguen cobrando de la Corporación, al igual que decenas de altos cargos ‘enchufados’ a golpe de talonario por los socialistas.
Si hasta el denostado Fran Llorente, lo había hecho «muy bien», según le defendió Julio Somoano. Y el fulminado Juan Ramón Lucas prepara su regreso a TVE, como adelantó en exclusiva PD. —Echenique le ofrece a Juan Ramón Lucas un programa de TV tras echarle de RNE—
Y todo gracias a la beneficiencia del PP, que entró en Prado del Rey en puntas de pie y sin querer causar molestias
Pero a la hora de salvar los muebles a la Casa Real sí hubo consigna. La hubo encargando al ‘comando Sacaluga’ un programa blanco sobre las actividades de la realeza. Tampoco allí se admitieron preguntas, pese a que el escándalo Urdangarín bien las merecía.
El mandarín Hermida quiso apuntarse a la consigna marianista con una entrevista amable a ‘vuestra majestad’. El resultado ha sido nefasto y la credibilidad de TVE, por los suelos. ¿Regresa la televisión en blanco y negro a TVE?