La sacrosanta BBC vive sus horas más bajas. Su prestigio se desmorona al conocerse que la aterradora historia del pedófilo Jimmy Savile -presentador estrella en los 60 y 70, fallecido en octubre de 2011- fue ocultada a sus espectadores al decidir la BBC no emitir un reportaje sobre sus abusos sexuales a menores, reportaje que finalmente vio la luz en la cadena rival ITV. —VEA EL REPORTAJE COMPLETO—
Este escándalo, que se ha cobrado la cabeza del director general de la BBC, George Entwistle, ha hecho a más de un británico preguntarse si los 175 euros que paga al año por el canon de la Corporación no ha servido indirectamente para financiar el abuso infantil.
Entwistle se ha ido a su casa con un suculento finiquito de más de medio millón de euros que ha sido considerado como una burla a las decenas víctimas del depredador sexual Savile.
Pese a que los británicos son muy apegados a sus instituciones, y la BBC es una de las más veneradas, la intolerable ‘protección’ de un pedófilo ha puesto en la picota al oneroso canon con el que los británicos financian los más de 5000 millones de euros que cuesta al año la cadena estatal.
Si hemos de creer a Lluís Fox, la mitad de la exorbitante plantilla de 23.000 trabajadores (más 12.000 contratos ‘free-lance’) no da palo al agua como toda TV pública que se precie. —La BBC airea sus miserias—
El canon de la BBC es injusto y obsoleto. Injusto porque es un impuesto a los pobres. De los 150.000 británicos que evadieron el canon de la BBC en 2009, un 15 por ciento eran madres solteras cuya única preocupación es dar de comer caliente a sus hijos.
Y obsoleto porque no se entiende que la era del streaming los británicos aún deban pagar por «la transmisión de contenidos en directo» que es lo que en el papel pagan mediante el canon de la BBC.
Una televisión pública cuyos contenidos son en gran parte entretenimiento no tiene sentido en plena revolución digital. ¿O es que series míticas de la BBC como ‘Luther’ o ‘The Shadow Line’ que triunfarían en cualquier cadena comercial pueden ser consideradas auténtico servicio público?
Si Bruselas tumba la Ley de financiación de RTVE me consta que muchos en Torrespaña se están frotando las manos con la posibilidad de un canon para sufragar el ‘servicio público’ que desinteresadamente nos brindan Anne Igartiburu, Mariló y el tupé de Inmanol Arias .
Pero es que los 175 euros que cuesta financiar al año la BBC a cada familia britanica se quedan en una ganga al lado de los 216 euros que cuestan al año las cadenas públicas alemanas ARD y ZDF. Por ese motivo, cuando oiga la palabra ‘canon’, agárrese la cartera.