El Caso Bárcenas es la guinda de un pastel informativo maloliente en que buenos periodistas se están poniendo las botas
«No hay mal que por bien no venga». Eso reza el viejo refrán español y a luz de lo que está pasando en el panorama político-televisivo, tenemos que reconocer que sigue plenamente vigente.
Se viven y sufren momentos convulsos en la sede del número 13 de la calle madrileña Génova, a raíz del escándalo Bárcenas.
La libreta del extesorero, sus 22 millones de euros en Suiza, la caradura con la que ha ‘regularizado‘ 11 millones ante las barbas de un despistado Montoro, y ahora los informes de la UDEF sobre el cnfeti y los payasos que los jetas de la trama ‘Gürtell‘ pagaron a la ahora ministra Ana Mato y su entonces marido Jesús Sepúveda, tiene a los populares de los nervios.
Y mientras los atolondrados dirigentes del PP y sus atribulados equipos de comunicación intentan sortear la tempestad, un selecto pero baqueteado grupo de periodistas se está poniendo las botas.
No son referimos sólo a Mercado, Jiménez y los profesionales de ‘El País’, que han dado un pelotazo antológico, que da aire al hace unos días cariacontecido Javier Moreno como director del diario del Grupo PRISA.
Ni siquiera a Eduardo Inda y Esteban Urreiztieta, que levantaron la liebre en ‘El Mundo’, pero se han quedado colgados, para cabreo de Pedrojota. quien saca petróleo mediático del asunto que tiene conmocionada a media sociedad.
Ya no sólo ‘El País’ o ‘El Mundo’ están viendo crecer sus lectores, alentados por estupendas filtraciones.
En el competitivo mundillo d ela televisión, La Sexta crece como la espuma en audiencia, a caballo del Caso Bárcenas y de una forma de hacer periodismo directa, viva y sin concesiones.
Es evidente que desde que el PP llegó al Gobierno y Mariano Rajoy se instaló comodamente en La Moncloa, diversos formatos de contenido político de la cadena están experimentando una notable subida en los audímetros.
Uno de los casos más sonados es el del Follonero y su programa Salvados. Sus audiencias siempre fueron aceptables, pero desde que Rajoy manda en España no han hecho más que subir. Su última temporada, a la espera de que llegue en breve la nueva, fue la mejor de su trayectoria.
Todavía más acusado y reseñable es lo que ocurre con ‘Al Rojo Vivo‘, el debate político mañanero de Antonio García Ferreras, que se ha convertido en un espacio de referencia, da primicias, marca agenda y ha arrollado a sus competidores.
Tampoco la va mal al satírico ‘Intermedio’ del Gran Wyoming. Su crecimiento a lo largo de esta temporada ha sido progresivo y ascendente y este 31 de enero de 2013 alcanzó su punto álgido.
Con la emisión en directo de la rueda de prensa de María Dolores de Cospedal (sólo la emitieron La Sexta y Cuatro), Al Rojo Vivo se disparó hasta el 12.6% de cuota.
Lo de Wyoming fue todavía más allá y El Intermedio logró horas después de que ‘El País’ sacara los ‘papeles‘ su máximo histórico con un 12.2%.
Cómo sería, que después de años de tenerse que conformar con hacer chistes malos sobre El Hormiguero (al que nunca lograban superar), el pasado jueves hasta se sentían generosos.
No es para menos, porque El Intermedio de La Sexta se impuso al formato de entretenimiento de Pablo Motos, que se tuvo que conformar con un 10.4%.