Graciano Palomo está considerado como uno de los periodistas que mejor conoce a la derecha de este país, tema al que ha dedicado la mayoría de sus libros. Destacado periodista de agencias durante la Transición, en la actualidad es consejero de EFE y columnista en distintos medios como El Confidencial o El Plural.com. De igual modo destaca como tertuliano en ‘Queremos Opinar’ de Metropolitan/Intereconomía y en ‘Los Desayunos’ de TVE y ‘La Noche en 24 Horas’ de TVE.
El veterano periodista recuerda algunos momentos de su larga trayectoria para Periodista Digital.
¿Cómo fue su comienzo en Europa Press?
Entré en Europa Press como corresponsal en Bilbao y daba tantas noticias que al final le resultaba más interesante a la agencia contratarme que tenerme como corresponsal. Era la época de ETA en la que todos los días mataba a tres o cuatro. Ahí es donde aprendí con Antonio Herrero (padre) a hacer periodismo. A pesar de que era un periodista germanófilo y muy de derechas, era también un periodista impecable. Y lo que quería eran hechos.
Nosotros cuidamos hasta el extremo los datos que fueran reales. Europa Press. Estuve con el famoso Zuloaga y nos merendábamos a EFE todos los días. En Europa Press nos los comíamos con papas. Y entonces decidieron ficharme a Zuloaga y a mí. Zuloaga no quiso, pero yo sí me fui. Luego me arrepentí porque Europa Press tenía otra sangre. En aquella época detrás de Europa Press había una empresa seria periodística, no traficante.
El famoso teletipo que había que dar que era ‘Franco ha muerto, Franco ha muerto, Franco ha muerto’ no lo dio EFE, lo dio Europa Press. Cuya garganta profunda era un gran militar que, por cierto, luego fue condenado. El general Casinello. Un hombre clave. Fue miembro de los servicios de comunicación. Era un hombre de Estado. Andrés Casinello tenía una cabeza tan grande como una mesa
Pasó del equipo de Antonio Herrero en Europa Press al equipo de Luis María Anson en EFE
Estuve una temporada como corresponsal parlamentario en la época grandiosa de la transición y pasé a la agencia EFE con Luis María Anson, que ya hacía ansonadas en aquella época. Pero era un fuera de serie en muchas cosas. Y había cosas que hacía que yo no compartía. Era una persona con muchos prontos. Él se dedicaba a los asuntos del mundo mundial y yo a hacer noticias y dirigirlas.
¿Qué eran las ansonadas?
Las ansonadas eran las cosas que no cuadraban con la realidad. Anson tenía sus obsesiones y sus favoritismos. Gran compañero. Me acuerdo que echaba unas broncas monumentales y luego te llamaba para pedir disculpas. Él tenía la visión de que la agencia EFE se convirtiera en un instrumento del Estado. Y lo consiguió. Hizo una gran agencia. Consiguió el dinero de distintos gobiernos.
Fue cesado por Felipe González, que yo creo que ahí se equivocó. Cuando llegó el socialismo. Las ansonadas eran curiosas, llenó aquello de marquesas, aunque al mismo tiempo valoraba la capacidad para vender noticias. Yo, que siempre he sido un periodista crítico y tocapelotas. Anson me hizo jefe de información nacional. Incluso a veces le preguntaba al director que no se había equivocado conmigo. La información siempre es incómoda.
¿Si derrochó? No creo. Él hizo la compra de los palacios por el mundo que luego fueron muy rentables. De hecho se ha vivido de eso en EFE. A ver, siempre Anson era un tipo grande y como tipo grande no le importaban las menudencias y menos si eran con dinero público. (…) Lo malo de Anson es que cuando llamaba un ministro para protestar se cagaba en tus muertos.
Usted era jefe de información política de EFE cuando se produjo el 23-F
Yo estuve en el congreso. Estaba mi mujer a punto de parir, pero hay mucha literatura sobre eso. Yo estaba ahí cuando entró Tejero. Estuve tumbado junto a Ramón Pi y Raimundo Castro, que no estaba tan gordo como ahora. Pero… (ríe) Sinceramente tampoco fue para tanto aquello, digo lo de la amenaza. Me di cuenta rápidamente que eran Guardias Civiles, porque hubo quién pensó que era la ETA y me di cuenta de que no quería matar a nadie. En seguida nos dimos cuenta que era un loco. Podría decir que no, que estuvimos a punto de morir y ser los mártires de la libertad. Pero no. Nos dimos cuenta de que Tejero era un loco que, por cierto, en la cárcel leía mis libros.
Recuerdo que durante el secuestro del Congreso fui al baño y estuve meando junto al entonces ministro de defensa, el llamado ‘pelopincho’ Agustín Rodríguez Sahagún. «¡Ministro cuéntame algo!» ¡Deja, deja, déjate!». Es un episodio triste en la historia de España, pero que sirvió para apagar la fantasmada del golpe. Todos esos que dicen que estaban cagados de miedo. Claro que lo estaban. Pero nos dimos cuenta en seguida que no eran asesinos. ¿Para qué vamos a decir? Y nuestros fotógrafos, Patolas y Barriopedro, que ahora los han jubilado. Sacaron los carretes en los calzoncillos, que fueron fotos que dieron la vuelta al mundo.
José Luis Gutiérrez aseguró en Diario 16 que Anson quiso desde EFE defender a Armada.
Eran amigos. Anson en EFE era Dios. En esa época, el que no era invitado a los almuerzos de Anson no era nadie. Entonces el Palco del Real Madrid estaba en EFE. Por ahí desfilaba todo Cristo. Y Armada y él eran amigos, puesto que había sido secretario de la Casa del Rey. Estuvo poco antes del golpe, que ya era Gobernador militar de Lerida. Y luego dicen que Anson figuraba en el Gobierno Armada como ministro de Cultura. Eso ya no lo sé.
En realidad el Guti, que en Gloria esté, fue muy injusto en esa época con Anson. Toda la panda de Juan Tomás de Salas y Oneto, que me cantaban aquello de ‘Anson, Anson, Anson Pirulero…’ y luego todos fueron a comer a su mano.
¿Cuándo se pasó al Grupo Zeta?
Me hace una oferta Julián Lago ‘Sandokan’, hay cosas que en la vida sólo se hacen por dinero. El periodismo basura lo inventó Julián Lago, yo siempre lo sostengo. Luego los malvados del oficio le pusieron el mote de ‘Rufián Lago’, porque cuando yo llego a ‘Tiempo’ a veces había que hacer algunas portadas… ‘Tiempo’ era el gran semanario, ganó a ‘Cambio16’ pero es que había que hacer con un palillo un barco, montar grandes historias con nada… y cuando más sensacionalista mejor.
Cuando echaron a Lago y llegó a Oneto yo me fui a ‘El Independiente’, donde teóricamente íbamos a cambiar la historia de la humanidad. Había un elenco acojonante de tíos. Pablo Sebastián, Raúl del Pozo – que era el mayor talento que había ahí – , César Alonso de los Ríos, Manolito Soriano… y tuvimos un éxito tan rutilante que el periódico duró menos que un helado a la puerta de un colegio.
A usted le nombraron jefe de medios de la ONCE
Exacto. Pero eso era imposible. Estuve seis meses y sin despacho. Ten en cuenta que eso es en la época de Miguel Durán y a Miguel Durán se lo liquidan. El núcleo duro de la ONCE lo liquida. No era un puesto para mí. Habíamos sufrido una gran decepción con la marcha del periódico.
La ONCE pudo ser un gran grupo mediático, pero se quedó sin nada
Se hundió porque le echaron, lo de la ONCE fue un golpe de Estado presionado por los grandes grupos. Por lo que era entonces el Grupo PRISA, el Grupo16 y todos esos, que veían como con el dinero de los cupones se había levantado un multimedia.
Usted publicó los vínculos de José María Aznar con José María Peña y Méndez Pozo, condenados en el ‘caso de la construcción’
Si estamos viendo lo que estamos viendo 25 años después… realmente la carrera política de Aznar se debe a Peña y Méndez Pozo. Principalmente a Peña. Méndez Pozo fue condenado, pero quien le da el voto para ser presidente de Castilla y León fue Peña y luego le machacaron. Méndez Pozo era el constructor que fue condenado, pero ahora se rehabilitado y es el capo de Castilla y León y Castilla la Mancha.
Y también que Aznar había evitado hacer la mili
Eso lo lo puso Raúl del Pozo en el prólogo de mi libro y se armó la de Dios. Pero la realidad es que no hizo la mili, fue pidiendo prórrogas y prórrogas y no la hizo. Y luego como presidente suprimió la mili.
La defensa de Mario Conde pidió en su juicio que le llamaran a usted a declarar sobre el destino de 300 millones que, supuestamente, se llevó Adolfo Suárez.
Sí. Porque yo publiqué que siendo presidente de Banesto Mario Conde llegó un paquete a la sede del CDS repleto de millones que recogió Gerardo Harguindey. Era Mario Conde quien financiaba el CDS, sí. Fui ante el juez y duró 10 segundos mi declaración: «¿Usted se ratifica?», «Sí, claro», «Pues adiós».
Otro tema fue lo de Miguel Ángel Rodríguez y ‘El Norte de Castilla’
Miguel Ángel Rodríguez intentó ser director de ‘El Norte de Castilla’ pero lo vetó Miguel Delibes, porque no consideró que Rodríguez tuviera talla para serlo. ‘El Norte de Castilla’ era entonces la Biblia, donde había escrito Manu Leguineche o Alonso de los Ríos. (…) Era rojillo en aquel momento, pero en Rodríguez lo que más ha destacado no es la rojez o el facherio, sino la impertinencia y la ignorancia.
¿Cómo fue su etapa en Radio España?
Eugenio Fontán me puso, llega el PP con el poder, empiezo a ser un elemento crítico para el PP y me echan. José Antonio Sánchez me pide que haga algunas cosas, pero yo comienzo a criticar a Juan Villalonga, que es uno de los mayores escándalos de Aznar, aunque la fiscalía no interviniera, y me dice José Antonio Sánchez que no toque las narices. Y al acabar la temporada me echan. Quien me echa es José Antonio Sánchez, que ahora está en Telemadrid. Radio España lo acabó comprando Telefónica, aquello fue una ‘merienda de negros’ donde todo el mundo se forró. (…) Villalonga compró Endemol por un billón, su comportamiento familiar dejando a su mujer. Sus homólogos en otros países están todos en la cárcel pero él no.
Radio España acabó comprada por Telefónica cuando la compañía aspiró a crear un gran grupo mediático.
El único tío sensato que hubo en todo eso era Luis Abril. Pedro Antonio Martín Marín era otro elemento pernicioso entre toda esa gente que rondaba al rededor de Aznar. Fue un desastre para los accionistas de Telefónica. Y al final Antena 3 y Onda Cero se lo entregaron amigos de Aznar y eso cabreó mucho a Pedrojota, que quería que Onda Cero se la hubieran dado a él y recordó a Telefónica que ‘él había hecho más para derribar a Felipe González que ellos’.
La Gaceta publicó una página completa diciendo que usted era una persona que ataca mucho al Grupo Intereconomía.
Yo hice algunos comentarios sobre Intereconomía. Dávila y esta gente lo entendieron como un ataque, cuando siempre he tenido buena relación con su presidente, Julio Ariza. Y los hechos han demostrado que mis palabras eran acertadas, ahora Intereconomía está en una situación catatónica. Me guardé muchas cosas, en ese sentido.
Ese artículo fue inspirado por una chica, una pobre diabla, que fue alumna mía y que me persigue porque yo sé su verdadera historia, que se llama Pilar. Que se cambia el apellido. Allí hay una serie de maldades. Y ella, que en ese momento estaba Intereconomía, vehiculó esa página, me lo han confesado gente que lo hizo. Era porque, supuestamente, como yo era consejero de EFE no podía criticar.
¿Fue Vera quién le trajo de vuelta a EFE?
Sí, Vera. Yo conocía mucho el periodismo agencias, estuve 12 años y me interesaba volver. Pero si te digo la verdad, siendo consejero de EFE mandas menos que siendo portera de EFE.
Usted mantiene que los responsables de comunicación del PP encabezados por Carlos Aragonés fueron los responsables de los errores en la jornada del 11-M.
Moncloa fue un desastre durante el 11-M. Ahí perdieron las elecciones más que por los atentados por intentar engañar. Timmermans consiguió que todos los corresponsales extranjeros acreditados en Madrid hicieran una carta de protesta contra él. Hay que estudiar lo que hicieron para saber que es lo que no se debe hacer. ¡Eran una panda de incompetentes! Aznar no quería gente brillante y crítica a su alrededor, quería lewinskianos. Carlos Aragonés y Alfredo Timmermans son buenos ejemplos, en especial Timersman, que es la nulidad personificada. Sé que no le ha ido mal, pero ha sido por la ayuda de Aznar. La gestión fue un desastre con la foto de las Azores y la gestión durante el 11-M.
El Gobierno Aznar encajaba mal las críticas de la prensa
A Lucía Méndez, que fue jefa de Gabinete de Miguel Ángel Rodríguez, y vio que aquello, que el nucleo del poder era lo que era, una lucha desaforada. Fue muy crítica del aznarismo y con la boda de Aznar y no se lo perdonan, no le han vuelto a dirigir la palabra.
Usted ha escrito sobre la influencia que tuvieron los cabecillas del ‘caso Gürtel’ en canales controlados por el PP.
Es un hecho cierto. Hay algunos periodistas que se quejaban que no les llamaban mucho a las tertulias de Canal 9, que pagaban muy bien y llamaban a Correa para que se lo gestionara. Correa o El Bigotes. Y en Telemadrid lo mismo. El Bigotes tenía una gran influencia, trabajó en Onda Cero, estuvo a punto de trabajar en Antena 3 y ahora trabaja en Intereconomía.
No voy a dar los nombres, porque no quiero líos. Pero es obvio y figura en el sumario.
Se le considera un periodista enemigo del ‘aznarismo’
En el Aznarismo hubo un alto componente dictatorial. El conducator era todo y si tenías proximidad al conducator y a la conducatar que era Ana Botella, estabas muerto o ibas a la gloria. Villalonga o Blesa llegaron a donde llegaron por su amistad con Aznar y Blesa. Cuando Villalonga pierde esa amistad se tiene que ir de España, pero eso sí, con millones.
Les molesta que no me han podido controlar. Todo el lío de Bárcenas se diseñó en la época de Aznar. Aznar y Cascos son los que diseñaron todo esto. ¡Rajoy pasaba por ahí! Los responsables de los sobresueldos son Aznar y Cascos. ¡Es el mismo caso de Naseiro! Comisiones. Ellos dicen que es porque no me dieron nada. Al final todo lo que yo dije en ‘La Maldición de Casandra se está cumpliendo’.
¿Usted también piensa que Montoro es un socialista infiltrado?
Eso es lo que dice mi amigo Luis Balcarce [Redactor Jefe de Periodista Digital]. Montoro es una persona libre y es libre porque no necesita mucho dinero para sobrevivir. Ya ha sido ministro dos veces y su carrera está a punto de tarminar.
Montoro ha sido el único ministro de Hacienda que se ha enfrentado a los poderosos, incluido los mediáticos y los ha tirado por la ventana. Yo me identifico con él porque es un hombre de pueblo, origen humilde, cuando en España, históricamente los ministros de Hacienda eran pijos. (…). Es un hombre de pueblo que ha llegado a la caja del Estado, eso me parece meritorio. Le ves y te dan ganas de darle 5 euros para que se compre un bocata. (…)
Creo que es un ministro que heredó una caja con telarañas y hace lo que puede. ¿Le atacan? Pues significa que lo hace bien. El tiempo dirá que es un gran ministro, que sirve los intereses del Estado y no de las grandes empresas y las eléctricas. ¿Qué ha subido los impuestos? ¿Y qué esperaba que hiciera? ¿Que cierre hospitales?
Cuando dice que se ha enfrentado a poderes mediáticos se refiere a PRISA y a Juan Luis Cebrián
Hace como tres meses fue la máxima autoridad de un grupo mediático [PRISA] para pedirle un aplazamiento en una cosa de impuestos. Montoro le preguntó ‘¿Cuánto gana usted?’ Y ese señor le dijo ‘9 millones de euros’. A lo que Montoro le replicó ‘No, usted gana 12 millones, lo dice la CNMV. ¿Sabe cuánto gano yo? ¡80.000 euros!’, el hombre le respondió ‘no, es que está usted muy mal pagado’. Y el ministro le exclamó ‘¡Tú, te permites el lujo de darme lecciones de ética y honestidad en tu periódico!’. El orgasmo que tuvo el pequeño Montoro debió de ser de aurora boreal al poder decirle eso a aquel pijo-progre.
