Alfonso Rojo: "Estoy habituado a hablar de inmigración en las tertulias con gente que el único negro que ve es en la cabalgata de Reyes"
El pasado sábado 5 de abril de 2014, en el plató de ‘laSexta Noche’, se produjo una circunstancia habitual en las tertulias televisivas; el enfrentamiento dialéctico entre dos participantes del debate, que sin embargo desembocaría en algo menos usual, la expulsión del plató de uno de ellos —Alfonso Rojo a Ada Colau: «Pues para el hambre que dice usted estar pasando, la veo bastante gordita»–.
Se trata del periodista Alfonso Rojo (director de Periodista Digital), y Ada Colau, la activista y portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), cuyas desavenencias terminarían con el habitual periodista del late night de laSexta invitado a abandonar el plató por Iñaki López, conductor del espacio.
No dejó indiferente a nadie este pasaje de fin de semana, que corrió como la pólvora por las redes sociales durante los días posteriores, y por ende, en algún medio más —Sostres, en defensa de Alfonso Rojo: «Ada Colau es más cínica que gorda, que ya es decir»–.
En la jornada dominical, además, la propia Ada Colau se enfrentó a las preguntas siempre complejas del popular Risto Mejide en su programa ‘Viajando con Chester’. No obstante, no pudo el publicista que saltó a la fama con un talent show preguntarle a la activista por su reciente pasaje, al ser un programa grabado.
La primera aparición de la otra parte del conflicto en los medios se produjo el martes 8 de abril de 2014 en ‘El Cascabel’. Alfonso Rojo hacía presencia en el programa de 13TV como tertuliano habitual, y como no podía ser de otra manera, el conductor del espacio, Antonio Jiménez, preguntó a su colaborador por el suceso.
Antonio Jiménez: ¿Qué te pasa con Ada Colau?
Alfonso Rojo: «No me pasa nada, hay un gran escándalo en las redes…»
Antonio Jiménez: ¿Es verdad que tú le tildaste de gordita?
Alfonso Rojo: «No exactamente, teníamos un debate en televisión y yo intervine posteriormente. Había habido antes los típicos discursos, ‘país de ladrones’, se condena el hambre del pueblo y este tipo de cosas… Y mi primera intervención, para ser como soy, fue comedida. Si yo hiciese lo que me conviene no sería yo, y como periodista a veces no tienes que hacer lo que te conviene, y eso trae consecuencias».
Comienza entonces Alfonso Rojo a explicar su versión de los hechos:
«Ella se dirije a mí y me dice algo así como ‘dónde vivirá usted y a ver con quién anda’. Estoy muy habituado ya en las tertulias a hablar de inmigración, y a debatir con gente que el único negro que ve es en la cabalgata de Reyes, ¡y suele ser un concejal pintado!»
«Entonces, quizás por la alegría del momento, le dije que para el hambre que dice que está pasando, yo la veo bastante gordita… ¡Bueno, no te puedes imaginar la que se ha montado!»
«Yo me disculpé, con la boca pequeña, tampoco lo dije sinceramente… Le dije ‘mil disculpas’… Me llama la atención, yo le dije que veía gordita a una señora que en sede parlamentaria tildó al presidente de la AEB [Asociación Española de la Banca (AEB), Javier Rodríguez Pellitero] y los parlamentarios de asesinos, o que ha aplaudido como sistema que a los políticos sea lo normal ir a la puerta de su casa y llamarles ‘hijos de puta, cabrones y ladrones’. Yo quise estar gracioso…» —Ada Colau: “Este señor es un criminal y como tal deberían ustedes tratarlo”—
Antonio Jiménez: «¡Y te costó la expulsión!»
Alfonso Rojo: «Va, ¡pero no pasa nada! Es paradójico… España es así».
Poco después, alguno de los tertulianos asistentes al programa de 13TV quisieron aportar sus opiniones al respecto de la susodicha Ada Colau y del enfrentamiento con Alfonso Rojo:
Federico Quevedo: «Yo hubiese sido tremendamente crítico con ese tipo de movimientos porque creo que es violencia… A mí ella como líder de ese movimiento me parece que ha tenido una actuación absolutamente fascista en muchas ocasiones».
Carlos Cuesta: «Por ir al fondo de lo que hace esta gente, Ada Colau y su plataforma, han dado unas cifras que son falsas, y han utilizado una cuestión que es un drama -que se tenga que echar a una persona de una casa-, pero utilizarlo con determinados fines lo único que demuestra no es que tengas sensibilidad por ese drama, sino que te aprovechas de él. Todos sabemos que hay un motivo político detrás de estos movimientos».