Las claves del golpe de estado y otras conspiraciones en España
Quiso jugar a ser Orson Welles pero se equivocó de época. ‘Operación Palace’, el falso documental de Jordi Évole sobre el 23-F, fue un desastre sin paliativos. En Twitter el cachondeo fue monumental: ‘Solo falta que aparezca Chanquete’, decían internautas a los que el chiste no les causó ninguna gracia.
Évole se marcó una historia de conspiraciones inverosímil asegurando que el programa había conseguido unos documentos clasificados y contado con la colaboración de los supuestos implicados en la operación. Una farsa que no aportó nada rematada con un insulso debate posterior.
Curiosamente fue Iker Jiménez quien se disfrazó de Évole. Cuarto Milenio realizó un fantástico monográfico sobre 23 F y otras conspiraciones políticas que cambiaron la historia de España. El programa de Cuatro entrevistó a militares, periodistas y escritores, muchos de los cuales hablan de que el 23 de febrero de 1981 ocurrió algo muy distinto a la versión oficial. —VER MÁS VÍDEOS—
¿Fue un plan perfectamente orquestado desde las más altas esferas y dirigido según lo investigado por algunos de los entrevistados por su Majestad el Rey Don Juan Carlos? Un oscuro asunto que fue defendido en una interesante tertulia por el escritor y periodista Jesús Palacios autor de «23-F, El Rey y su secreto» y por el Coronel del Ejército Juan Rando frente a la defensa de la versión oficial que realizan el periodista Baltasar Magro y el Comandante Fernando San Agustín:
Fernando San Agustín: «Nos encontramos con tres personas, un impulsivo, que es Tejero; un ambicioso e iluminado, que es Armada; y luego un hombre que considera obligatorio defender la causa de la patria, que es Miláns del Bosch. En esa teoría está la implicación de El Rey. Armada fue insistente y quería ser De Gaulle, era mesiánico y estaba convencido de que él era la solución, y convenció a todo el mundo de que El Rey estaba de acuerdo. El Rey le dice una vez cabreadísimo: ‘¡estás loco perdido!'»
Jesús Palacios: «Quienes se comunicaron a través de las distintas redes en la noche del 23 y madrugada del 24 de febrero, todo eso se grabó a través de los distintos servicios de redes. Esas conversaciones no es que me las invente yo, el Señor Francisco Laína dijo que tenía esas grabaciones y el ministro del Interior dijo que también las tenía. Dijeron que el mejor destino de esas grabaciones era ser destruidas y que no aparecieran jamás. ¿Qué hay detrás del 23-F? Explicar el 23-F como un intento de golpe de Estado por parte de unos guardias civiles alocados o trastornados, nostálgicos de la dictadura, y que lo que quieren es encapsular la democracia, eso está muy bien que se explique con el fracaso del 23-F y nos lo pueden hacer tragar así durante 30 años. Pero formaba parte de una operación política e institucional, que tenía que escenificarse mediante el amago de un golpe de Estado, porque se buscaba un modelo, la forma en la que Charles de Gaulle llegó a ser jefe del gobierno en 1958 en Francia. Fue una operación coordinada, y estaban de acuerdo casi todos los miembros del Ejecutivo, del Parlamento, y de casi todas las instituciones».
Baltasar Magro: «Aquí tengo la supuesta lista del de los 19 nombres que llevó el general Armada para que un Congreso secuestrado por las armas lo votase. ¡Absurdo! Precisamente el general Armada, que odiaba a los comunistas, iba a presidir un gobierno con varios comunistas. ¿Alguien se puede creer que se iba a votar este gobierno cuyo vicepresidente era Felipe González? Pero hombre, si Felipe González iba a ganar las próximas elecciones, ¿cómo iba a votar esta operación? ¿Cómo se iba a votar en un Congreso secuestrado por las armas? ¿En qué cabeza cabe que El Rey iba a aceptar eso? ¡Se acabó la Monarquía! ¡Es absurdo! El propio Tejero dijo en una ocasión con mucha ironía: ‘a ver si alguien me explica qué es lo que pasó el 23-F’. Armada murió el año pasado y a la tumba se ha llevado muchas cosas».
Juan Antonio Rando: «Me encontré a mi segundo muy alterado en la tarde del 23-F, porque pensaba que allí se había producido una carnicería. Me pide que le lleve a otro sitio porque no tenía su coche, y entonces él me cuenta que en esos meses en los que yo le había cedido el mando, ellos habían estado preparando la organización de la llegada de las tropas al Congreso. Puede parecer trivial pero tiene una importancia crucial, no hay que olvidar que las unidades que iban a asaltar el Congreso procedían de distintos sitios, y todas llegaron en una sola oleada, lo exigía una labor de coordinación como un reloj suizo. A partir de esto, yo tomé posición por la defensa de la Constitución, me convertí en un objetivo, alguien a quien había que intentar ganarse, después vinieron las amenazas, después los intentos de quitarme de en medio, después un intento de secuestro que pude evitar, y finalmente otra vez sabotajes e intentos de eliminarme. Yo era el único hombre del centro que se posicionaba en contra de lo sucedido y que tenía una primera declaración que hilaba lo que había sucedido, la participación del servicio de inteligencia en la elaboración del golpe»
Además contó el programa con el testimonio de Mariano Revilla (subdirector de producción y de operaciones de la Cadena Ser hasta hace unas fechas), técnico de sonido en 1981 que gracias a un heroico gesto en el que se jugó la vida pudo retransmitir la entrada de los golpistas en el hemiciclo en la conocida como noche de los transistores. «Nos apuntaron con fusiles en el escaño para que dejáramos de grabar, pero yo seguí pensando que lo que allí ocurría había que seguir contándolo», explicó Revilla.
