Nacho Abad: "¿Pero esto es lo que se conoce como intimidación ambiental entonces?"
Amaneció el 4 de abril de 2014 con la prensa calentita en los quioscos y en la red, y con la resaca de los programas nocturnos de radio y televisión: Esperanza Aguirre se había convertido sin comerlo ni beberlo en la protagonista mediática del momento, tras un incidente de circulación en Madrid con un grupo de agentes de movilidad que la multaron.
Tras su intervención telefónica en la misma noche de autos en el programa nocturno de 13TV, ‘El Cascabel’ —Esperanza Aguirre se da a la fuga tras arrollar la moto de un agente–, la presidenta del PP en Madrid hizo lo propio en los espacios televisivos de Telecinco y Antena3. ‘El programa de Ana Rosa’, líder de las mañanas, se puso enseguida en contacto con la protagonista del desaguisado. Esperanza Aguirre reiteraría en sus diferentes entrevistas en los medios un discurso similar:
«No hay nadie más respetuoso con la Policía que yo. Hice una infracción y pido disculpas, lo hice muy mal. Pero después de ponerme la multa, lo único que querían era retenerme allí, en un gesto de prepotencia, interrumpiendo el tráfico».
«Rocé una moto que se calló al suelo, y tengo un seguro pero estoy dispuesta a pagar lo que sea. Pero ayer convocaron a todos los periodistas en la Comsiaría de Policía Nacional para presentar una denuncia contra mí por lesiones. ¡Figúrese! Y luego ya han reconocido que no, que le dio un ataque de ansiedad. Ya sabe usted que son agentes de inmovilidad».
Lo más interesante del asunto vendría poco después, cuando los tertulianos invitados a la mesa de debate entraron a conversar con la líder del PP madrileño:
Fernando Garea: «Usted recomienda a cualquier ciudadano que mientras está esperando el trámite, se vaya sin…»
Aguirre: «No, no, el trámite ya había terminado».
Garea: «¿Me deja que termine?»
Aguirre: «No, no, no le dejo que termine».
Garea: «Eso describe bastante. ¿Me deja que hable? Ayer le oí una cosa que me llamó mucho la atención y es que les atribuía machismo, quisiera que nos explicara qué tiene que ver el machismo con esto».
Aguirre: «Pues mire, tiene mucho que ver, tiene muchísimo que ver porque en fin, usted no puede entenderlo, porque usted es un varón. Usted no se lo cree, Fernando, pero el machismo existe».
Garea: «No, si sé que existe…»
Aguirre: «¿Me deja usted hablar a mí? ¡Porque yo soy la entrevistada!»
AGUIRRE A NACHO ABAD: «COMO USTED ES HOMBRE NO CONOCE EL MACHISMO»
Sólo unos minutos después, la expresidenta de la Comunidad de Madrid compareció telefónicamente en ‘Espejo Público’, el programa de Antena3 conducido por Susanna Grisa, donde dejó una declaración sorprendente no proferida hasta entonces:
«La cara del agente cuando vio quien era yo no se la puede usted imaginar. Es la cara que pone alguien cuando se frota las manos».
El diálogo, no obstante, llegó a su punto álgido cuando entró en acción el colaborador del programa Nacho Abad, con el que iba a vivir una conversación similar a la de Telecinco:
Nacho Abad: «Yo he escuchado su versión con mucha atención, y todo tiene un halo de seriedad y de verdad, pero la denuncia de policía no es exacta».
Aguirre: «No es que no sea exacta, es mentira pura y dura».
Nacho Abad: «¿La de los policías municipales?»
Aguirre: «No, yo no sé de quién. Yo no me voy a poner aquí a discutir».
Nacho Abad: «No, no. Déjeme que le lea sólo unas líneas. Ellos dice que…»
Aguirre: «Que no me voy a poner yo aquí a responder a lo que ellos dicen».
Finalizado el primer corte al periodista de Antena3, el siguiente enganchón estaba por llegar, en esta ocasión, a vueltas con el machismo supuesto de los agentes hacia la política:
Susana Griso: «¿En qué momento fueron ellos machistas con usted?»
Aguirre: «Pues a mí me parece que seis agentes de movilidad para poner una multa a una señora que da toda la documentación pues usted me contará».
Nacho Abad: «¿Pero esto es lo que se conoce como intimidación ambiental entonces?»
Aguirre: «Pues no lo sé, yo le puedo decir que usted como es hombre no conoce el machismo, yo sí».
Nacho Abad: [Ríe] «¡Por Dios, por Dios!»