La decisión de la Mesa del Congreso, integrada por PP, PSOE y CiU, de contar con una empresa de Telefónica frente a RTVE para proporcionar la señal institucional de la ceremonia por la que Don Felipe pasará a ser Felipe VI ha vuelto a poner patas arriba la Corporación pública.
El Comité Intercentros ha declarado el asunto como un «claro atentado contra lo público» recordando cómo la señal institucional de este tipo de acontecimientos ha corrido a cargo de la radiotelevisión pública, poniendo como ejemplos las bodas de las Infantas y del Príncipe de Asturias o el reciente funeral del expresidente Adolfo Suárez.
Una ceremonia como la que tendrá lugar la próxima semana en el Congreso no retransmitida por la cadena pública sería «impensable en ningún otro país de nuestro entorno».
Sin embargo, no faltan en el ente público quienes van más allá al valorar el por qué de esta humillación. Ha sido el caso del Sindicato Independiente, que ve en ello una consecuencia lógica de la situación que atraviesa CRTVE.
«La dirección de RTVE es responsable también y lo es porque han conseguido que nadie nos respete», argumenta, señalando que no se puede esperar dicho respeto cuando las cosas se hacen tan mal que TVE se convirtió en la cuarta televisión en audiencia con el discurso de abdicación del Rey.
La cobertura de la cadena pública fue superada por privadas como Telecinco, Antena 3 y Cuatro.