El europarlamentario de 'Podemos' pide que no se use el dolor de las víctimas y alega que otros también se reunieron con los proetarras
Algo ha cambiado o está cambiando en Atresmedia, el gran conglomerado televisivo que capitanea el magnate editorial José Manuel Lara y que entre otras muchas cosas posee ‘Antena 3′.
Se acaba de notar en LaSexta, donde el viernes 4 de julio de 2014 el siempre agudo Antonio García Ferreras aprovechó su tertulia de ‘Al Rojo Vivo’ para subrayar que nunca ha estado en su programa Pablo Iglesias.
García Ferreras emitió además un par de fragmentos antiguos en los que Alfonso Rojo y Eduardo Inda –«a diferencia de lo que ocurre en CuatroTV con Jesús Cintora«- cargaban contra el portavoz de ‘Podemos‘, recordando los millones que ha recibido del regimen chavista de Venezuela, su vinculación televisiva con los ayatolás iraníes a través de HispanTV y sus flirteos con ETA.
Tras muchos meses de tratarlo con ‘cariño‘, de cubirlo en las discusiones permitiéndole réplicas múltiples y de darle cancha en todas las discusiones, este sábado 5 de julio, en la tertulia de LaSextaNoche, el presentador y la dirección del programa retiró al profesor su habitual y cómoda cobertura.
Y se notó. Empezaron suave, sacando a colación las últimas declaraciones de Pablo Iglesias dirigidas a los medios de comunicación («Pide control público de los medios ¿Debería también alguien controlar la presencia de Iglesias en la prensa?»).
El líder de Podemos, que llevaba lista la intervención y sabía de antemano que iban a sacarle las declaraciones en favor de un control público de los medios de comunicación, se quedó un poco fuera de juego cuando la presentadora Andrea Ropero le preguntó si había sido censurado en LaSexta alguna vez.
«En este programa jamás, pero porque en este aquí trabajan periodistas».
Hubo un rápido intercambio de invectivas entre Pablo Iglesias y Eduardo Inda, pero lo mejor estaba por llegar. Y lo hizo como una bomba, cuando Andrea dio paso a una serie de vídeos en los que repasaban las intervenciones del flamante europarlamentario elogiando a ETA en una herriko taberna y enviando un mensaje de simpatía a los proetarras que iban a concentrarse en un mitin en favor de los terroristas encarcelados.
El remache fue el recordatorio de los documentos de la Guardia Civil que Fernando Lázaro publicó esta semana en ‘El Mundo’ y en los que aparecen notas incautadas a los proetarras de Herrira, en las que estos escriben el nombre y el teléfono de Pablo Iglesias como el hombre con el que hay que contar, para promover sus mensajes en Madrid («Pablo Iglesias colaboró con una asociación afín a los presos de ETA y suspendida por la Justicia»).
Como siempre, le dieron primero la palabra a Pablo Iglesias, quien repitió con las mismas frases, idénticos adjetivos y similares tonos su habitual soflama, hablando de ‘infamia‘ y de ‘acusaciones‘ sin fundamento, para concluir que no le parecía de recibo que se usara el dolor de las víctimas.
Hasta llegó a decir que tenía su teléfono -el mismo que usan los proetarras para contactar con él- repleto de mensajes de Whatsapp dándole apoyo y animándole.
Eduardo Inda, que estuvo leyendo unas notas durante buena parte del ‘sermón‘, lo laminó con una frase lapidaria:
«No se trata de acusaciones, sino de datos, de información».
Miró a Pablo Iglesias y levantando levemente la mano, afirmó rotundo el periodista de ‘El Mundo?:
«Este señor era la referencia , el contacto, de Herrira en Madrid».
A renglón seguido, remachó:
«Hoy hace 17 años que fue asesinado, a quemarropa, Miguel Angel Blanco, un crimen que según Pablo Iglesias tiene una explicación política».
Ante la cara de piedra del profesor Iglesias, prosiguió Inda:
«Está bien que evoluciones, pero un demócrata jamás apoyaría un mitin de Herrira y de los grupos de apoyo a los terroristas presos, porque eso es ETA… Una organización que ha asesinado a 900 personas, secuestrado a decenas de españoles, mutilado a cientos».
El presentador Iñaki López hizo un amago de interrumpirle, lo que cortó Inda de raiz con un seco «¿puedo terminar?» y siguió:
«Voy a leer una frase pronunciada por Juan Carlos Monedero, amigo, socio y compañero de Podemos de Pablo Iglesias. Dice así: ‘Cuando uno piensa en la represión que ha habido en el País Vasco, uno puede empezar a entender la violencia de ETA‘».
Levantó la vista Inda y afirmó: «¡Repugnante!».
Dieron la palabra a Pablo Iglesias, que intentó cubrirse diciendo que deberían llamar a Monedero por teléfono para que respondiera, lo que zanjó el presentador afirmando que ya que estaba en el plató, que lo hiciera en su nombre.
Incapaz de salir del atolladero, recurrió de nuevo el profesor a sus manidas generalizaciones, a hablar de ‘infamia‘ y a decir que no se le puede confundir con ETA, ni usar el dolor de las víctimas de los terroristas.
Eduardo Inda entró de nuevo y decidido a rematarlo:
«Cuando tu elogiabas a ETA, nosotros estábamos del lado de las víctimas de ETA. Tu has llegado a decir que ‘hay otra forma de entender la política, entenderla como boxeo y que la paz siempre es el resultado de la guerra'».
«Tu, Pablo Iglesias, apoyas y eres el contacto en Madrid de algunos de los que mataron a 900 españoles, tu eres la referencia de los que han asesinado a cientos de inocentes».
Lo habitual, en cualquier programa anterior, es que jamás hubieran dejado a alguien llegar tan lejos y que inmediatamente hubieran dado la palabra a Pablo Iglesias para que se explayara de forma interminable, pero este sábado, como novedad, Iñaki López, el presentador de LaSextaNoche, se fue casi enseguida a publicidad y cambió de tema.
LOS VÍDEOS DE LA INFAMIA
Este, que coincide con el que citó Eduardo Inda en su debate con Pablo Iglesias en ‘LaSextaNoche’, dura 52 minutos y puede verse aquí.
Corresponde a una emisión el pasado enero de 2014 del programa «Fort Apache» dirigido por Pablo Iglesias en HispanTV, televisión propiedad de la dictadura islámica iraní.
El programa en cuestión se tituló «ETA: Cuando las pistolas hablaban de política», y en él dos de los actuales dirigentes de Podemos, Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero -también ideólogo y eurodiputado de ese partido- hicieron afirmaciones muy reveladoras sobre su postura sobre la banda terrorista.
Participaban como tertulianos Martxelo Otamendi, director del diario abertzale Berria; Miguel Romero, director de la revista marxista Viento Sur; e Iñaki Errazkin, exalcalde de Azpeitia con la ilegalizada ANV, cargo del que fue desalojado por negarse a condenar el asesinato de Ignacio Uria, vecino de esa localidad, a manos de ETA, incómodo dato que omitió Pablo Iglesias al presentarle.
En vez de eso, el presentador se refirió a él como «experto en derechos humanos».
Durante el ¿debate?, en el minuto 42:48, Errazkin dijo que a las víctimas les toca «sufrir y callar».
Nadie le llevó la contraria.
El programa empezó con unas afirmaciones de Pablo Iglesias que dejan clara su concepción sobre el terrorismo de ETA.
Minuto 0:36 del vídeo completo:
«Pero hay otra forma de entender la política: entenderla como boxeo. Entender que la paz no es más que el resultado de una guerra. Así entendieron en ETA la política, e hicieron una guerra que apenas ha terminado y que ha marcado con el dolor de unos y de otros la historia política reciente de España y del País Vasco.»
Pero lo más llamativo, por así decirlo, de la introducción hecha por este personaje venía a continuación.
Minuto 0:52 del vídeo:
«Hoy cabría preguntarse si lo que perdió ETA en su guerra contra el Estado lo podrá recuperar la izquierda abertzale ganando elecciones y poder institucional. Hay quienes pensamos que lo que se pierde en los campos de batalla no se gana en los parlamentos.»
Lo que dice Juan Carlos Monedero en el minuto 28:29 del programa es aún más claro:
«Cuando uno piensa que en el País Vasco la represión ha tenido un espacio muy alto, uno puede a lo mejor empezar a entender la violencia de ETA.»
En el minuto 28:58, Monedero va aún más allá:
«Esto nos lleva a una pregunta importante, y es: la lucha armada, de alguna manera, va a ser leída -en el País Vasco pero también en el resto del Estado y en el ámbito internacional- en virtud de a quién mates. Y eso nos lleva a una moraleja complicada, ¿no? ¿A quién es moral ejecutar? ¿A un torturador, a un capitán general, a un guardia civil, a un periodista, a un político, a quien le toque? Con el caso de Hipercor como un punto de inflexión en el que le resulta muy difícil a cualquier persona de izquierda seguir apoyando a ETA.»