La esencia de todo esto es que hemos llegado a una situación de la Justicia en la que tú puedes conocer el fallo que va a haber simplemente con saber el nombre de quien está al otro lado de la mesa
El asalto al Parlament catalán y a los representantes políticos que allí acudían una jornada más en el año 2011, quedó prácticamente impune tras la sentencia publicada el día 7 de julio de 2014 por la Audiencia Nacional, en una resolución ciertamente polémica.
Hasta 19 de los 20 implicados fueron absueltos de toda culpabilidad, con una condena irrisoria para uno de los individuos, el encargado de pintar en la espalda de uno de los políticos en aquel ataque a los representantes democráticos.
Una buena parte de la polémica reside, además, en el propio escrito del tribunal, por el que deja en una situación delicada a los medios de comunicación privados, a los que acusa de no facilitar el acceso de los ciudadanos al espacio público, asegurando que en ello se fundamenta y justifica una parte del asalto:
«Cuando los cauces de expresión y de acceso al espacio público se encuentran controlados por medios de comunicación privados, cuando sectores de la sociedad tienen una gran dificultad para hacerse oír o para intervenir en el debate político y social, resulta obligado admitir cierto exceso en el ejercicio de las libertades de expresión o manifestación si se quiere dotar de un mínimo de eficacia a la protesta y a la crítica, como mecanismos de imprescindible contrapeso en una democracia que se sustenta sobre el pluralismo, valor esencial, y que promueve la libre igualdad de personas y grupos para que los derechos sean reales».
De forma casi inmediata, en los programas de esos medios de comunicación privados, fueron varios los periodistas relevantes los que a la jornada siguiente protestaron en contra de las alusiones de los magistrados. Federico Jiménez Losantos (EsRadio), Carlos Herrera (Onda Cero) o Alfonso Rojo (Desde Telecinco), entre otros, cargaron con dureza hacia los jueces de la Audiencia Nacional encargados del caso —Losantos saca sus demonios contra la Audiencia Nacional: «Sus sentencias son de jueces bolivarianos»–.
Para cerrar la jornada de 8 de julio de 2014, desde otro de esos casos de medios de comunicación privados, 13TV, se propuso el análisis de la situación mediante su programa ‘El Cascabel’ con Antonio Jiménez en la dirección y con los tertulianos invitados al espacio. Principalmente el periodista Carlos Cuesta aportó las opiniones más contundentes:
En una sociedad cuando lo que defiendes es el exceso de una libertad, como vivimos en sociedad, hay otro que tiene una restricción de su derecho. Las libertades están encajadas, y mi libertad de manifestación acaba donde empieza la libertad de otro a acudir a un Parlamento, que para eso es para lo que les votamos.
La esencia de todo esto es que hemos llegado a una situación de la Justicia en la que tú puedes conocer el fallo que va a haber simplemente con saber el nombre de quien está al otro lado de la mesa. ¡Es de una gravedad máxima! La politización de la Justicia ha llegado a tal punto que ya no solamente es que haya una designación con una clara mano política de miembros del CGPJ, es que hemos llegado a ver cómo los jueces se comportan como políticos…
Entra de lleno entonces con la acusación recibida por los medios privados:
Tú coges la sentencia y viene un párrafo brutal sobre los medios privados. Bueno, en las democracias, que los medios estén en manos privadas se le llama liberalizar, que viene de libertad, lo controlado es lo que ocurre en Cuba y Venezuela, que quien lo tiene es el poder político.