"Aquí un grupo de gente de la burguesía y de la elite catalana ha estado lanzando una hañagaza al pueblo catalán según el cuál el paraíso era la independencia, mientras ellos llevaban 35 años en paraísos más terrenales"
La velada de lunes 28 de julio de 2014 solo podía estar dedicada en los programas nocturnos de análisis político a la noticia del día, aquella que transformaba en cuestión de minutos al ‘Honorable’ Jordi Pujol, el hombre más importante a nivel mandatario en la Generalitat de Cataluña desde la Transición, en el nuevo enemigo número uno del pueblo catalán, español, y del independentismo —Mas se lava las manos y dice que el botín de Pujol en el extranjero es algo «privado y familiar»–.
El comunicado por el que Pujol reconocía haber evadido al fisco parece solo la punta del iceberg de una trama alargada durante años y que amenaza con seguir sacando personajes a la palestra. Tanto los ciudadanos catalanes como el resto de españoles se quedaron helados con la nueva situación, hecho que pudo verse reflejado con claridad en las tertulias televisivas y en los participantes de ellas. —Inda culpa a Aznar y a Felipe González de hacerse los locos mientras el clan Pujol se forraba –.
En ‘El Cascabel’ de 13TV, con Antonio Jiménez en la dirección, ninguno de los tertulianos asistentes se mostró especialmente beligerante con Pujol ni con el sistema en concreto. El periodista Jaime González, jefe de opinión en el diario ABC, fue el más contundente en su exposición de los hechos y de las motivaciones, con un discurso que dejó varias ideas:
«¿Hemos necesitado que haya un proyecto soberanista encima de la mesa para que ocurran estas cosas? Porque a Jordi Pujol le dieron la pátina de hombre de Estado los mismos que hoy están cuestionándole. Todos le cogían del lomito porque era la piedra angular sobre la que se fundamentaba la gobernabilidad de los distintos ejecutivos, del PSOE o del PP. Le lanzaban carantoñas, arrumacos, era un prohombre. ¡Y resulta que todo el mundo ya sabía por aquellas que este hombre no era trigo limpio! De esto hay que sacar una conclusión: mientras Jordi Pujol no era una amenaza para el Estado, los gobiernos miraron para otro lado, cuando el nacionalismo se convierte en una amenaza para el Estado, entonces sí, el señor Pujol es lo que era».
«Lo que está pasando no se puede desligar del proceso soberanista. Aquí un grupo de gente de la burguesía y de la elite catalana ha estado lanzando una añagaza al pueblo catalán según el cuál el paraíso era la independencia, mientras ellos llevaban 35 años en paraísos más terrenales y más próximos: Andorra, Suiza, el Caribe, México… ¡Ese es el paraíso que ellos llevan ocupando 35 años! Mientras, al pueblo catalán le estuvieron dando un tostón durante muchos años para convertir el soberanismo en la cortina de humo que permitiera a la opinión pública desviar la atención, quedarse con el mantra de la independencia y no mirar para la cueva que tenían allí, bajo siete llaves, donde se lo estaban llevando crudo».
«La independencia de Cataluña es un auténtico delirio, lo que hace falta es independencia de la Justicia para que el señor Pujol y todos los que han metido la mano en el bolsillo de los catalanes y de los españoles sean juzgados y rastreen el dinero hasta el último paraíso».