Los padres de Francisco Nicolás Gómez Iglesias, -Fran para los amigos cuando tuvo lugar la escena televisiva que nos ocupa-, se las vieron y desearon el 2 de abril del año 2005 para seguirle los pasos.
Fue quizás su primer pinito como ‘liante’ del reino…y es que los acontecimientos de la noche la pintaron calva para dar rienda suelta a sus ansias de protagonismo, y soltarse el pelo…
A LA PLAZA DE COLÓN A TODO METER
Era ya de noche cuando el niño, que por entonces contaba 10 años de edad, se puso a ver el telediario y se enteró de la muerte de Juan Pablo II.
Alguien, al poco, le mandó un SMS dando cuenta de que en la madrileña Plaza de Colón había una concentración popular como señal de duelo.
Le costó poco convencer a sus padres para que se quitaran el pijama y le acompañaran raudos y veloces.
CÁMARAS PARA QUÉ OS QUIERO
Y allí, en mitad del gentío, el mozalbete ahora acusado de estafa, usurpación de identidad y falsedad documental, atisbó las cámaras de Telemadrid y al reportero de marras.
Estratégicamente, haciéndose el que no quiere la cosa, logró ladinamente situarse cerca de él, consiguiendo el micrófono:
«A mí Juan Pablo II me parece una persona muy santa».
UNA NOCHE POR TODO LO ALTO
Sus declaraciones no tienen desperdicio. Tras narrar los acontecimientos relatados, los que le llevaron a expresar sus condolencias en persona, sus padres toman la alternativa, acción que ahora se ha convertido en toda una faena que no saben cómo capear ni lidiar.
De la intervención ‘estelar’ de esa gloriosa noche se encargó de dar buena cuenta más tarde el mismísimo Nicolás, en la revista del colegio donde cursaba 5º de primaria.
Todo un fenómeno en el arte del rejoneo, qué duda cabe.