Canal Sur cerró su annus horribilis con un sonoro patinazo en las campanadas que dejó sin uvas a más de 600.000 andaluces. El error, criticado en redes sociales, prensa e informativos de todas las cadenas, ha provocado la dimisión de su premiado jefe de emisiones, la apertura de tres expedientes informativos y la obligación de la cadena de salir al paso de las mofas con un vídeo donde pedían perdón con humor.
El caos de Nochevieja supone la guinda al Ente público andaluz en 2014, año en el que ha seguido la sangría de audiencia, en esta ocasión dejándose medio punto de share por el camino, y año en el que la deuda se ha convertido en un problema de altura.
Y es que las pérdidas de ejercicios anteriores han generado un patrimonio neto negativo, situación que convertiría una sociedad en causa de disolución si no contase con la ayuda de la Junta de Andalucía. La deuda, misteriosamente disparada entre 2012 a 2013 de 25 a 80 millones de euros, sigue ganando peso, pese a los casi 100 millones de euros que aporta el Gobierno andaluz, que aun así siguen lejos de los 160 que inyectaron en 2012.
Los sindicatos de Canal Sur no entienden cómo un Ente público con 1.600 trabajadores, una cifra superior a los empleados que Telecinco y Antena 3 tienen en nómina, externaliza el 80% de la parrilla, hoy en manos de productoras privadas. La mastodóntica plantilla cuesta más de 80 millones de euros, cifra que triplica la cantidad que la cadena ingresa por facturación publicitaria y por prestación de servicios.
Es por ello que Canal Sur ha emprendido una política de recortes en personal y en programas de la que no se salvan estrellas históricas del canal como Los Morancos, que llevan tres años sin programa en la autonómica, o Jesús Quintero, refugiado en el teatro tras tirarse más de un año sin trabajar.
Tampoco se libran de los recortes las actuales estrellas, como es el caso de Juan y Medio, cuyo programa vespertino ha comenzado el año con una reducción del 15% del presupuesto, obligando a la productora a despedir a una docena de técnicos que serán sustituidos por el infrautilizado personal de la cadena.
Y mientras, otra ex estrella, Agustín Bravo, denunciaba en Sálvame Deluxe el poderío en la cadena autonómica de Isabel Pantoja, a la que culpó de la cancelación de su programa Bravo por la tarde.
Entre acusaciones de manipulación y problemas de deuda, Canal Sur encara un 2015 entre tinieblas, aunque por suerte cuenta con el apoyo de la Junta, que justificó el año pasado el dispendio afirmando: «Canal Sur viene cumpliendo desde su creación en 1987, unas funciones de comunicación e información que contribuyen a la vertebración y desarrollo social, identitario y cultural de Andalucía».
