"A mí de lo que no me van a convencer es de que Manuela Carmena es la Bruja Avería y Pablo Iglesias el hombre lobo""
Algo raro pasa en Mediaset. Puede ser que los calores del estío no dejen pensar con claridad a quienes toman las decisiones, o puede ser que se haya intentado un lavado de cara de una de sus estrellas defenestradas. Y no cuela.
Jesús Cintora es el periodista que fue apartado con carácter fulminante del programa que presentaba (‘Las mañanas de Cuatro’) allá por finales del mes de marzo de 2015, con el motivo de la tendenciosidad de su espacio de debate e información política —El podemita Jesús Cintora, fulminado por Mediaset de ‘Las Mañanas de Cuatro’–. Cintora hizo que los mediodías de Cuatro subieran en audiencia, pero también los convirtió en la patria de la izquierda radical, e incluso en un show muy peculiar. Nombres como Pablo Iglesias, Miguel Ángel Revilla, Elpidio Silva o la monja Lucía Caram entretenían a la audiencia apoyados con el partidismo del moderador.
«La línea editorial de Mediaset España es coherente en toda su programación y tiene el claro objetivo de informar, que no formar, a los espectadores a través de un pluralismo con el que dar voz a absolutamente todas las opiniones políticas y con unos presentadores que traten la información de manera objetiva. Ese compromiso con la audiencia nos hace responsables de acometer algunos cambios».
Así rezaba aquel 27 de marzo de 2015 el comunicado de la casa Mediaset, explicando cómo quitaban de la silla a Cintora por no ser un presentador que tratase «la información de manera objetiva».
Por todo esto resulta sorprendente cómo sólo algunos meses después desde la casa dueña de Telecinco y Cuatro se intenta lavar la cara de Jesús Cintora como si aquí no hubiera pasado nada, y como si el periodista se hubiera moderado repentinamente en sus ideas y formas. En la mañana de lunes 27 de julio de 2015, Cintora fue entrevistado en ‘El programa del verano’ de 2015 por Sandra Barneda y Joaquín Prat, con la excusa de su libro ‘La hora de la verdad’, para hablar de actualidad política como si de una estrella de la casa o un analista de prestigio se tratara.
¿Le preguntarían los entrevistadores por su salida repentina de ‘Las mañanas de Cuatro’? Pues no. Al parecer se olvidaron de aquello: la pregunta más incómoda de la charla la hizo Joaquín Prat sobre la posible vuelta de Cintora al ruedo de la tele; primero por la incoherencia de que alguien defenestrado por tendencioso pueda volver a tener un programa, y segundo por la respuesta vaga y bobalicona de Cintora:
Joaquín Prat: «¿Cuándo vuelves?»
Jesús Cintora: «¿Cuándo vuelvo?»
Joaquín Prat: «¡A la tele, digo!»
Jesús Cintora: «Ah, ¡estoy aquí! ¡Estoy en ella! Bueno, vamos a ver… Estamos pensando, ideando, hacerlo en otoño, que es cuando caen las hojas, después del verano. Estamos pensando en actualidad, información, que es a lo que nos hemos dedicado mucho tiempo. Y esa es la idea, trabajar en eso e intentar hacerlo de la mejor manera posible y hacer algo que esté en contacto con la gente».
Y eso que el propio Cintora también amenazó a la casa que le paga tras su despido a medias —Cintora habla de su despido justo cuando Mediaset le reincorpora: «¡Hay quien quisiera que estuviéramos callados, pero no me van a callar!»—
A CINTORA SE LE SIGUE CAYENDO LA BABA CON IGLESIAS
El eje central de la charla en Jesús Cintora en Telecinco fue Pablo Iglesias. Las preguntas de los presentadores y tertulianos fueron encaminadas a descubrir cómo había cambiado o dejado de cambiar el líder de Podemos, como si Cintora fuese su amigo íntimo o su descubridor televisivo. Que ni una ni la otra.
Lo que sí demostró el expresentador de Mediaset, o presentador sin sitio, o presentador defenestrado, o nueva futura estrella de la tele, es que se le sigue cayendo la baba con Pablo Iglesias. ¡Y ahora también con Manuela Carmena!
«Le veo muy centrado en ganar, y él quiere ganar. Y de momento han conseguido mover el avispero. A mí de lo que no me van a convencer es de que Manuela Carmena es la Bruja Avería, como parece que algunos tratan de convencernos bombardeando. Y Pablo Iglesias no es el hombre lobo, tampoco un monaguillo dulce».