"Que hable de cacería y de conspiración, un señor que es un sinvergüenza fiscal que ha tenido que hacer una declaración complementaria de 200.000 euros porque había engañado a Hacienda..."
‘Reaparece Monedero’, fue el titular utilizado en ‘El Programa de Ana Rosa’ en su edición de 12 de marzo de 2015, para ilustrar con palabras el regreso a la primera línea de fuego de un Juan Carlos Monedero, ideólogo de Podemos, ciertamente apartado y en la sombra desde hace algún tiempo.
El número tres de la formación, el pensador de todo y, para algunos, el presunto financiador del proyecto, tuvo que apartarse durante más de un mes cuando comenzaron a salir publicadas las vergüenzas monetarias del profesor universitario, que no contaba con suficientes manos para acallar todas las noticias. Se retiró Monedero, estuvo oculto, y volvió para dar una rueda de prensa que de poco le sirvió, puesto que la declaración complementaria a Hacienda de 200.000 euros, las acusaciones de haber creado una sociedad pantalla para tributar como persona jurídica y no física, los cobros milenarios a gobiernos sudamericanos por asesorías así como sus frondosas cuentas corrientes, quedaron impregnados incluso entre los votantes de la formación.
En el espacio líder de las mañanas en Telecinco, con la propia Ana Rosa Quintana en la moderación, más los periodistas Eduardo Inda, Ana Terradillos o Javier Ruiz, se trató la reaparición de Monedero. Tal y como podría esperarse, fue el propio Inda el más vehemente en calificar la reaparición del político, que lo hizo precisamente para hablar de una «doble vara de medir en España»…
«Tiene menos vergüenza… Que hable de cacería y de conspiración, un señor que es un sinvergüenza fiscal que ha tenido que hacer una declaración complementaria de 200.000 euros porque había engañado a Hacienda… Es como si Al Capone da lecciones de moralidad, ¡es de risa lo de Monedero! Lo que tenía que hacer es estar hibernado hasta después de las elecciones, pero no por el bien de la ética en la vida pública, que les importa más bien un pimiento, sino por el bien de su partido».