Once años después de que Farruquito atropellara mortalmente a Benjamín Olalla en Sevilla, el famoso bailaor reaparece ante las cámaras. Este domingo 14 de junio de 2015, Juan Manuel Fernández Montoya se sentó en el Chester de Pepa Bueno para dar su versión de los hechos. La audiencia apenas superó el millón de espectadores, incendió las redes sociales y… las conciencias de aquellos que le escucharon.
Farruquito apenas ha hablado publicamente del suceso que le llevó tres años a la cárcel y que según él mismo reconoció ante la periodista, le marcó su faceta profesional:
«Esta historia me ha costado la carrera, por supuesto, me la ha condicionado y me la sigue condicionando. Hay sitios en los que no puedo trabajar. En Japón me han negado la entrada de por vida»
EL CHESTER DE FARRUQUITO, A PARTIR DEL MINUTO 08:40
En la tertulia de televisión de ‘Rojo y Negro’ de Radio 4G Marián García y Sergio Espí, críticos de televisión de Periodista Digital, analizan las palabras del bailador sobre ‘el capítulo más negro de su vida’, algo que a pesar de la polémica que ha desatado, no ha conseguido salvar al Chéster, que continúa perdiendo espectadores.
Marián García señala que el share del programa no se correspondió, como en otros muchos casos, con la audiencia que le siguió:
«Es verdad que a Farruquito se le ha hecho ya alguna entrevista más, como a la mayoría de los invitados, pero la gracia del chester es sacar cosas nuevas, cosas diferentes que no hayan dicho… A mí no me pareció especialmente malo pero es verdad que va cada vez peor, no sé en qué terminará esto…
Él alega en todo momento que tenía la responsabilidad de una familia detrás y por eso no se podía entregar porque todos vivían de él… suele pasar en estos clanes, que él era que el que había triunfado y el que llevaba el dinero a casa. Por eso en un principio no entregaron su cabeza.
Sergio Espí analizo algunas de las palabras del bailaor que dijo «se había perdonado porque había pagado» y «que en algún momento contaría su verdad» a lo que Pepa Bueno supo salir airosa: «¿Por qué no la cuentas ahora?».
Luis Balcarce, conductor del programa señaló que «la verdad que me gustaría conocer es la del hombre que le atropelló»:
Igualmente lo sacaron prontito. La persona a la que atropelló sigue en el cementerio pero él salió pronto.
Claro porque Benajamín Olalla no mantenía ninguna familia, ¿verdad? y encima viene Pepa Bueno y le entrevista.
Como ya sucedió cuando la Noria entrevistó a la madre del Cuco o a la salida de Ortega Cano de la cárcel, la polémica volvió a girar en torno a la posibilidad de parar o no este tipo de intervenciones en los medios. Gemma Méndez lo tiene claro:
No es la única vez que ha hablado pero lo que me parece lamentable es que se siga entrevistando una y otra vez a gente como esta y que no nos pongamos como nos hemos puesto en otras ocasiones…
Si huyó y no se entregó porque su familia dependía de él, me gustaría saber quién llevaba la manutención de la casa del hombre al que atropelló.
Juan Francisco Lamata hace de poli malo y lanza la pregunta que enciende el debate:
¿Qué tenemos que hacer con ellos, condenarles a cadena perpetua? ¿Inhabilitación mediática?
Gemma Méndez señala que después de lo que hizo no puede seguir yendo de víctima:
¿Una victima? cualquiera puede tener un accidente pero paras, llamas a una ambulancia, asistes al herido… explicas tu situación… si te vas porque aturrullas tienes tiempo para reaccionar, igual que dices ‘se la voy a colar a mi hermano’, pues igual recapacitas, porque es de ser persona.
Cualquiera puede atropellar pero no cualquiera sale corriendo…