Antonio García Ferreras, presentador de ‘Al rojo vivo’ contó desde París cómo vivía la capital francesa lo trágicos atentandos acaecidos en la noche del viernes 13 de noviembre. El periodista se entregó en cuerpo y alma logrando buenas críticas por su cobertura para el programa de Iñaki López que logró un 12.4%, y dobló a su rival ‘UTN’ en Cuatro (6%), sin embargo, muchos espectadores mostraron su rechazo ante el exceso de sensacionalismo ya que Ferreras llegó a mostrar el reguero de sangre de una de las víctimas de los atentados islamistas. El director de laSexta ha respondido al portal televisivo Vertele de forma muy clara:
«Respeto a quien no lo vea bien o lo considere excesivo. Dudé pero decidí arriesgar. El periodismo no debe preocuparse de que a algunos se les atragante la cena. Hay que salir fuera a buscar la verdad y cuando la encuentra, debe aceptarla y mostrarla».
Se valoró la implicación y personalidad que imprimió a la cobertura, que compartía con Helena Resano, pero en Twitter se mostró de manera inmediata el rechazo a su conexión final, en la que mostró los agujeros de bala y, sobre todo, el charco de sangre dejado por uno de los fallecidos. Se consideró innecesario y sensacionalista el recurso a esas imágenes, con las que Ferreras trató de conformar una despedida a su conexión, y para muchos deslució el trabajo realizado hasta el momento.
Antonio García Ferreras fue sin duda uno de los grandes protagonista de los especiales televisivos en torno a los atentados de París, se implicó y se le veía suelto hablando con los vecinos de la capital francesa. Incluso cambió su atuendo, chaqueta oscura y camisa a la que nos tiene acostumbrada en ‘Al Rojo Vivo’, por un polo y cazadora informal, e incluso utilizó un llamativo gorro para parte de la cobertura.
Se reabre con esto el debate de hasta dónde llega el papel de un periodista. ¿Hace falta contarlo todo? ¿Debe el periodista poner los límites a la sensibilidad del espectador? ¿Dónde acaba la información y comienza el sensacionalismo?