SALVADOS Y LAS MISERIAS DE LA ROPA 'LOW COST'

Évole desnuda al imperio Zara: «Cinco jerséis valen como mi sueldo»

El periodista viajó al sudeste asiático para intentar averiguar lo que hay detrás de una camiseta de cinco euros

Trabajadoras camboyanas del textil y Amancio Ortega.
Trabajadoras camboyanas del textil y Amancio Ortega.

Salvados se ha metido en el fenómeno conocido como fast fashion: producir ropa a un precio asequible que se renueva muy a menudo en las tiendas. Este sistema ha puesto la moda al alcance de muchos, que pueden comprar más ropa y, sobre todo, más a menudo, pero ¿cuál es la cara oculta de este modelo de fabricación?

Y quien ha salido muy mal parada es la Zara de Amancio Ortega, uno de los hombres más ricos del mundo. Su emporiio Inditex ganó solo en 2014 más que nunca: 2.501 millones de euros.

Évole viajó al sudeste asiático para intentar averiguar lo que hay detrás de una camiseta de cinco euros. Salvados trato de contestar a cuestiones como qué manos fabrican esa ropa y en qué condiciones.

El periodista recaló en Camboya, uno de los países del sudeste asiático en los que grandes marcas occidentales contratan a proveedores locales para producir parte de sus colecciones a bajo coste.

Allí se mostró de primera mano las duras condiciones de vida y laborales de las trabajadoras del sector textil, con un salario de 140 dólares al mes.

Van Chou, una trabajadora de las muchas que se manifiesta en uno de los talleres textiles de Camboya, se queja en Salvados de trabajar mucho fabricando prendas que las marcas venden por mucho dinero, cuando a ellas les pagan muy poco por hacerlas. Marcas que no saben cuáles son porque le prohíben verlo.

«Nos tratan como animales: como un perro o un gato», llega a decir en el programa una de esas obreras, antes de que otra compañera aporte un dato escalofriante: «Cinco jerséis valen como mi sueldo».

En el programa, titulado ‘Fashion victims’ (víctimas de la moda), se explica cuál es la parte negativa de este nuevo modelo de consumo: deslocalización, condiciones laborales esclavizantes, impacto en el medio ambiente…

Duro fue el relato de Pilar Rodríguez y María Graña, que pusieron en marcha talleres en Galicia coincidiendo con el boom de Zara. María Almazán, extrabajadora de una gran marca, también contó como se las gasta Amancio Ortega.

Fueron emprendedoras y dieron independencia a muchas mujeres dedicándose a esta industria. Muchas que se han negado a hablar en Salvados por miedo. «Cerraba el taller textil o explotaba a mis trabajadoras».

La expropietaria de un taller textil explica a Jordi Évole cuándo se dio cuenta de que la inversión en su negocio no era tan rentable como aseguraban las marcas. Empezaron a bajarle los precios y a darle más trabajo del que podía abarcar por lo que tuvo que cerrar para no explotar a sus trabajadoras.

Ahora Almazán dirige talleres que producen para marcas interesadas en la producción sostenible. María señala que los consumidores también somos responsables del sistema:

«No podemos comprar ropa sin parar y tirarla sin que nadie se sorprenda. Detrás de la ropa que llevamos hay personas».

CAMISETAS A 5 EUROS

La respuesta que recibió María de sus superiores en la empresa no fue muy esperanzadora: «Me dijeron: ‘mejor estarán cosiendo que prostituyéndose'».

¿Por qué es posible comprar camisetas a 5 euros? ¿Quién cómo y dónde se fabrica la ropa que venden las grandes marcas de la moda? ¿Por qué las marcas no quieren que se sepa quién produce para ellas? ¿Qué responsabilidad tenemos los consumidores en este sistema?

El periodista catalán Jordi Evole apuntó en su cuenta de Twitter en que ninguna gran marca de ropa «ha querido dar la cara en Salvados . Qué raro».

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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