Helena Resano llega a desesperarse con una inmigrante colombiana al punto de decirle "no te importa, ¿no?
La izquierda mediática no entiende que los latinos hayan votado a Donald Trump. El mejor ejemplo era ver a unas desoladas Helena Resano y Ana Pastor preguntando en la calle cómo podía ser que fueran tan insensatos en votar a alguien que prometió construir un Muro en la frontera de Estados Unidos con México, además de amenazar con deportar a 11 millones de ilegales.
Helena Resano llega a desesperarse con una inmigrante colombiana al punto de decirle visiblemente molesta «no te importa, ¿no?, lo que pase con los deportados no te importa, ya…» cuando la entrevistada claramente le está explicando que no es que no le importe sino que cada uno viene aquí a «perseguir un sueño», respuesta que no dejó satisfecha a la reportera de laSexta como puede verse en el vídeo que acompaña esta nota.
En defensa de las reporteras españolas hay que decir que los propios medios de referencia para los hispanos en Estados Unidos no supieron calibrar el apoyo de los suyos a Trump como refleja este artículo del Nuevo Herald titulado «Malas noticias para Trump: latinos y negros acuden en masa a votar en EEUU».
«Los estadounidenses negros y de origen latino han acudido masivamente a las urnas en las elecciones presidenciales, una señal de alarma para el sueño de Donald Trump de llegar a la Casa Blanca», informaba este medio cuya redacción está en Miami, estado de Florida, donde al final contra todo pronóstico arrasó Trump.
Se suponía que la minoría más influyente de la región, casi dos millones de cubanos, colombianos, venezolanos, portorriqueños y haitianos, entre otras nacionalidades de inmigrantes que conforman el universo hispano del distrito, iban a inclinar la balanza a favor de la candidata demócrata.
Pero eso no sucedió. «Y sobre todo fueron los latinos de origen cubano los que terminaron votando a Trump, pese al perfil agresivo del ahora presidente electo contra los mexicanos y contra cualquier otro grupo de origen extranjero», según la explicación de Fernando González, corresponsal del diario argentino Clarín.
«Algo inesperado pasó con la gran cantidad de hispanos que votaron por Trump. Durante el fin de semana, se los podía ver en el café Versailles de Little Havana o en cualquier calle de Hialeah gritando que iban a votar al empresario o sosteniendo los carteles de propaganda electoral sobre las veredas. El fenómeno le sirvió mucho a Trump, quien le sacó 120.000 votos de diferencia a Hillary en todo el estado. El mapa de la elección en la Florida es implacable. Sólo las grandes ciudades del distrito como Miami, Orlando, Tampa, Tallahassee o la millonaria Palm Beach están pintadas del azul que distingue a los lugares donde ganaron los demócratas. El resto está teñido del rojo republicano. Los pantanos, donde la gente convive con los cocodrilos. Las plantaciones de frutas tropicales y los suburbios industriales, donde son mayoría los blancos de origen anglo. Allí el voto por Trump fue incontenible y contribuyó a sumar los 4.605.515 sufragios que conformaron el 49,1% mayoritario con el que ganó el hombre que propuso construir un muro como enorme barrera de contención a la inmigración ilegal».