Se le escapó. Jordi Évole dejó irse vivo a Juan Luis Cebrián en una de sus entrevistas más difíciles. La entrevista tuvo dos partes: la primera en la que vimos a Cebrián relajado, sonriente y hasta simpático hablando de las relaciones entre el periodismo y el poder, sin sonrojarse de su estrecha amistad con Felipe Gonzáles y Alfredo Pérez Rubalcaba y de cómo colocó de ministro a Javier Solana en 1982. –Manuel Milián Mestre: «Nunca entendí por qué Fraga le entregó El País a Polanco y a Cebrián»–
La segunda parte fue más tensa porque se habló de la situación de PRISA, la línea editorial de El País y su millonario sueldo como ejecutivo. Allí vimos la cara autoritaria y prepotente del presidente de PRISA diciendo que él no estaba allí para hablar de sus contradicciones tratando a Évole como si fuera un niñato insolente.
La relación con Felipe es tan estrecha que Cebrián ‘pone su granito de arena’ para que alguien fuera ministro… #CebriánEnSalvados
— SALVADOS (Oficial) (@salvadostv) 11 de diciembre de 2016
-¿Económicamente a tu empresa le ha ido peor que a ti?, preguntó Évole.
– Lo que gano está en la web de la CNMV y declarado a Hacienda. Mis contradicciones las resuelvo con mi psiquiatra, mi psicólogo y antes con mi confesor. No estoy aquí para discutir mis contradicciones contigo. No me da la gana hablar de mis contradicciones en público, ¿entiendes?
No fue una entrevista amable. Nunca habíamos visto a Cebrián hablando a tumba abierta sobre las decisiones editoriales de El País y solo por eso la entrevista mereció la pena. Évole fue con los deberes hechos aunque insistió demasiado en sus preguntas cuestionando la línea editorial del diario El País como un periódico que perdió su esencia de izquierdas.
¿No era El País del año 1976 un periódico claramente de izquierdas? «Queríamos dar voz a la España real» #CebriánEnSalvados pic.twitter.com/6Vkl8Q9H9c
— SALVADOS (Oficial) (@salvadostv) 11 de diciembre de 2016
Allí chocó una y otra vez con un Cebrián que defendió la autonomía del director de El País para hacer lo que le dé gana e incluso decir con falsa modestia que «El País es mejor diario hoy que cuando lo dirgía yo» depsués de haber dicho que el diario estaba muerto. —Cebrián resucita ahora a El País, después de decir que había muerto—
Pero también es cierto que escuchar a Cebrián explicando cómo El País traicionó a Fraga virando a la izquierda porque no había ningún periódico en ese momento que ocupara ese sitio fue lo mejor de la entrevista: «Es probable que Fraga se creyera que el periódico fuera a ser suyo y a decir lo que él quería, pero se encontró con que no iba a ser así. Ni Polanco ni yo ni nadie se sentía subsidiario de Fraga y nos consideró unos traidores».
– «Queríamos hacer un periódico bueno, que interesara a la gente y que no se callara las cosas que molestaran al poder».
– «Cuando salimos la izquierda no tenía voz y tuvimos la decisión de darle voz».
– «No creo que fuera nunca de izquierdas, eso sí, estaba alineado con las ideas progresistas, era defensor de las minorías y de la democracia».
– «Como éramos la única voz de la izquierda, eso llevó a que se identificara el electorado socialista con el lectorado de El País».
Évole podría haber mencionado los casos de censura dentro del periódico como el caso de Miguel Ángel Aguilar, los despidos polémicos –Maruja Torres– o las polémicas de Cebrián con la propia redacción del periódico pero no lo hizo.–Miguel Ángel Aguilar vuelve a meterle el dedo en el ojo a Cebrián y al grupo Prisa–
#CebriánEnSalvados niega con contundencia haber tenido relación alguna con los Papeles de Panamá pic.twitter.com/F25h2Ld7HG
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«¿Que yo presiono para poner a Rajoy como presidente del Gobierno? Me parece un chiste», dijo en relación a Pablo Iglesias. Sobre el líder de Podemos Cebrián estuvo comedido: «Creo que es un pelín egocéntrico, pero es normal en los líderes. Tampoco se lo critico. No le conozco personalmente, sí por sus apariciones públicas».
Cebrián no contó casi nada que los periodistas de medios no supiéramos, exceptuando el tema de los supuestos abusos sexuales que sufrió de niño que revela en sus Memorias y que jamás lo había mencionado públicamente.
La pregunta del millón que se le olvidó a Évole fue sobre las relaciones de PRISA y la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.
Cuando todo el mundo sabe que el Gobierno de Rajoy echó una mano a Cebrián con sus acreedores en la banca, cuesta creer que a Évole se le haya escapado preguntarle a Cebrián si su grupo recibió ayuda del Gobierno. Tampoco le preguntó si Telefónica le ayudó a salir del pozo por presiones políticas. Una lástima.
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