De mi adolescencia mantengo un recuerdo ejemplar, el de Julio Anguita convertido en guiñol y caricaturizado como un loco que se enfrentaba ante los molinos de viento
El coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, ha mandado una carta a su militancia publicada desde el muy podemita diario Público.
En ella, básicamente, Garzón se lamenta del ninguneo tradicional que ha sufrido su formación desde tiempos inmemoriables y apela de nuevo al victimismo.
Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, cita a Malcolm X para justificar sus argumentos: «si no estamos prevenidos ante los Medios de Comunicación, nos harán amar al opresor y odiar al oprimido».
Y carga, claro, contra los medios:
Una buena advertencia ante un poder necesario en una sociedad democrática pero que, en su fórmula actual, depende prácticamente de forma directa e interesada de grandes accionistas y directivos que se codean con el poder económico.
LOS GUIÑOLES DE AZNAR, CAROD-ROVIRA Y ZP (CANAL+)
Dice un Garzón envuelto en un mar de lágrimas que no considera que IU tenga la condición de oprimidos pero que obviamente no son del agrado del poder político. Y ojo con el ejemplo que pone:
Y la predominancia de la política espectáculo, la que se alimenta del barro, los rumores y las mentiras, hace el resto.
De mi adolescencia mantengo un recuerdo ejemplar, el de Julio Anguita convertido en guiñol y caricaturizado como un loco que se enfrentaba ante los molinos de viento pensando que eran gigantes.
El tiempo nos demostró que aquellos gigantes existieron, y que los guionistas de aquel programa no eran más que mercenarios al servicio del partido de gobierno.
Sorprendentemente, en el resto del artículo afirma sin ruborizarse que «no es cuestión de lamentarse». Pues menos mal.
El remate final está al principio: IU no se fusionará con Podemos. Ya veremos.