El Sumo Pontífice reclama más comunicación personal

El Papa Francisco: «No veo la TV; Dios me lo pidió e hice esa promesa»

El líder de la Iglesia Católica explica en una entrevista a 'El País' que dejó de mirar la pantalla en 1990 como "una opción personal"

El Papa Francisco: "No veo la TV; Dios me lo pidió e hice esa promesa"
El Papa Francisco. VT

El mundo virtual de comunicación es riquísimo, pero corres el riesgo de perder muchas cosas si no vives una comunicación humana, normal, ¡de tocar!

Este 20 de enero de 2017, el mismo día que en Washington se produjo la toma de posesión de Donald Trump como nuevo Presidente de los Estados Unidos, el diario El País entrevistó en El Vaticano al Papa Francisco .

En este extenso encuentro, que se alargó durante una hora y 15 minutos, el sumo pontífice habló tanto de temas de actualidad como de su vida particular y diaria. Incluso de la televisión.

«No ver la TV fue una opción personal»

En una de sus preguntas, para plantear cómo El Vaticano ha reconvertido su comunicación haciéndola mucho más moderna y proactiva, el periodista recuerda que «lleva 25 años sin ver la televisión y según tengo entendido los periodistas nunca fueron santo de su devoción».

«Yo no veo televisión simplemente porque en un momento sentí que Dios me pidió eso; un 16 de julio del 90 hice esa promesa, y no me falta».

«No ver televisión no me quitó comunicarme. No ver la televisión fue una opción personal, nada más», aclara luego el sumo pontífice, reflexionando luego sobre la necesidad de que fluya la comunicación tradicional.

Desde entonces, el Papa sólo ha visto TV un par de veces, a nivel funcional:

«Solamente fui al centro televisivo que estaba al lado del arzobispado a ver una o dos películas que me interesaban, que me podían servir para el mensaje. Y eso que a mí el cine me gustaba mucho y había estudiado bastante cine, sobre todo el de la posguerra italiano, el realismo italiano, y el polaco Wajda, Kurosawa, algunos franceses…»

Quiere más comunicación «de tocar»

«Hay modos de comunicarse que no ayudan, que ‘desayudan’ a la unidad. Pongo un ejemplo sencillo. Una familia que está cenando y no hablan, o miran la televisión o los chicos están con su teléfono mandando mensajes a otros que están fuera. Cuando la comunicación pierde lo carnal, lo humano, y se vuelve líquida, es peligrosa».

«El mundo virtual de comunicación es riquísimo, pero corres el riesgo de perder muchas cosas si no vives una comunicación humana, normal, ¡de tocar! Lo concreto de la comunicación es lo que va a hacer que lo virtual de la comunicación vaya por buen camino. O sea, lo concreto es innegociable en todo».

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