María Teresa Campos y Terelu están en una situación económica que no es boyante. Y eso que lo han tenido todo, pero su afán por figurar, por querer ir más allá de los límites permitidos les ha llevado, si no a una bancarrota, sí que desde luego no están para lanzar cohetes.
La publicación Look cuenta con todo lujo de detalles cómo han podido llegar ambas presentadoras a una situación financiera delicada.
La fecha en la que comienza su dispendio es desde el mimso momento en que acceden a Telecinco, en el año 1996, con el programa ‘Día a día’. Los ingresos de madre e hija se vieron incrementados con el éxito del espacio y con ellos el lujo y las comodidades.
A Terelu, que empezó a volar sola un año después, en 1997, con un programa en Telemadrid, ‘Con T de tarde’, se le fue literalmente la cabeza e incrementó la nómina de asistentas que ya tenía a su disposición.
Rosa Villacastín, en declaraciones a Look, afirma que:
Entraba en el hotel Coral Beach de Marbella y todo era esplendor. Viajaban con 22 maletas y tenían que llamar a un servicio de paquetería para que se las llevaran al hotel. Reservaban varias suites, una de ellas para la ropa
Y dice que nunca dejaban que nadie les invitase:
Aunque quisiera invitarlas yo, siempre iban a la barra y sacaban la tarjeta.
Carmen Rigalt, por su parte, habla de los auténticos despilfarros en comidas y estancias en hoteles, invitando a decenas de amistades y sin escatimar en lujos:
Ha sido una mujer tremendamente generosa y gastona. Yo la comparo con Lola Flores. Se gastaba tanto y sin miramiento que podía alimentar a 50 personas en dos días. Yo he vivido esas comidas en vacaciones de verano y cómo Teresa les pagaba el hotel a los amigos.
Y matiza:
Bueno, más que amigos, a su paso florecían los palmeros. Regalaban mucho, y todo caro, de tal manera que incluso perdía valor humano el regalo.
E incluso destaca el carácter caprichoso de Terelu:
En las vacaciones, cada vez que Teresa salía a comprar, era habitual escuchar a Terelu decirle ‘cómprame esto o lo otro’. Y la madre siempre llegaba con el doble de lo que la hija le pedía.
Pilar Eyre flipa, literalmente, con los aires de diva de Terelu:
Nunca he entendido cómo tiene una asistenta en televisión que se encarga de unas labores propias de los presentadores estrella.