Le ha dejado a la altura del betún. La periodista Pilar Eyre, en la revista Lecturas, deja al descubierto la cara real de Bigote Arrocet al que considera que ha hecho un papel en su relación con María Teresa Campos, yendo de educado y seductor galán y que en cuanto llegó a la isla hondureña ha mostrado su verdadera cara:
Bigote Arrocet. Cuando te conocí, fui a la Campos y le cotilleé, «oye, tu novio está cañón» y ella se rió «pues qué pensabas… ¿Qué iba a tener una relación de viejos? ¿Solo por la compañía?» Y me convertí en vuestra devota admiradora ¡me he batido por vosotros urbi et orbe y más allá! Sí, pero…
Añade que:
Te enrolaste en Supervivientes y ya nada fue lo mismo. Aquel hombre alegre, dicharachero y bromista, se convirtió en un ser adusto que se tomaba tan en serio su papel como si estuviera en la guerra de las Termopilas ¡Qué es un concurso, hombre, y estamos para pasárnoslo bien, vosotros y nosotros! Y sentí una punzante sospecha ¿y si en realidad eres así, soso, seco, malhumorado, y lo de antes era un paripé?
Y sentencia:
No, no, prefiero pensar que de ese gusano (en sentido metafórico) surgirá una crisálida y pronto veremos revolotear por la isla a ese Edmundo al que tanto amamos.