El escudo y el ariete del Régimen Independentista de Cataluña

El problema no es que TV3 manipule, el problema es que es una mierda que pagamos todos

La televisión catalana narró con gravedad y distancia la manifestación por la unidad de España

El problema no es que TV3 manipule, el problema es que es una mierda que pagamos todos
Conexión en directo de TV3 con la manifestación a favor de España. CT

La actitud, los modos, el estilo y el tono de los periodistas de TV3 en la manifestación del 8-O, contrastan con su empatía en las concentraciones independentistas

«¿Dónde está TV3?», clamaba la multitud en la manifestación por la unidad de España que ha inundado las calles de Barcelona (Albert Boadella sobre Cataluña: «La solución es cerrar TV3 un par de meses»).

Nadie veía a TV3, omnipresente en todas las concentraciones por la independencia de las últimas semanas, siempre con sus periodistas y sus unidades móviles sobre el terreno, siempre en mitad de la acción (TV3 es el escudo y el ariete del Régimen Independentista de Cataluña).

La gente no la veía pero sí estaba. Camuflada en micrófonos negros sin logotipo, subida a los balcones de Vía Laietana, haciendo conexiones telefónicas sin imágenes.

Así tuvo que cubrir TV3 la manifestación de la Cataluña no independentista, en una triste demostración de que se ha convertido en la televisión de solo una parte de los catalanes (Así defeca TV3 con sus escondidos micrófonos sobre la manifestación de Barcelona ).

El análisis no es nuestro, sino de ‘El Confidencial’ y lo reproducimos porque nos parece de enrome relevancia para una profesión como el Periodismo:

La cobertura que hizo TV3 de la mayor manifestación en favor de España que ha vivido Barcelona desde el fin de la dictadura fue fría, desapasionada y profesional. Actitud muy seria, tono grave. Explicando los hechos tomando la máxima distancia.

En resumen, un ejercicio correcto de periodismo. Un acercamiento que no sería reseñable de no ser por el enorme contraste con la posición de TV3 en las manifestaciones organizadas por la ANC y Òmnium Cultural, y por extensión del Govern. En estas, el tono siempre fue cálido, amable y acrítico. La empatía con la gente siempre máxima.

Entre masas independentistas, a los reporteros de TV3 les gusta entrevistar a abuelas entrañables y a jóvenes que aman la libertad.

Se incide en la «ilusión», en la «esperanza», en la «democracia», en el «tono festivo y pacífico» de las concentraciones, aunque estas traten de impedir la salida de la Guardia Civil de la consejería de Economía a base de gritos e insultos contra el «estado fascista» (Este es el miserable autor del mayor bulo sobre la pantomima del 1-0: ¡un humorista de TV3!).

Entre masas constitucionalistas, sin embargo, los reporteros de TV3 tuercen el gesto. Los gritos y consignas de esos catalanes son calificados de «muy graves», de «intensamente beligerantes», las proclamas son «muy duras», les escandaliza que la gente exija «prisión» para Carles Puigdemont y el ‘major’ Trapero.

Les parece horrible que a los Mossos se les llame «traidores» y «otras proclamas más duras que no reproduciremos».

«La gente se para a increparnos porque somos la televisión pública de Cataluña».

Todo ello lamentos del periodista David Izquierdo, que siguió la manifestación encaramado en lo alto de un balcón frente a la Jefatura Superior de Policía.

El problema no son los calificativos e insultos, que uno puede compartir como graves, ni narrar con frialdad y de manera literal lo que sucede en la calle. El problema es el evidente doble rasero de TV3 respecto a las manifestaciones previas.

Ante la consejería de Economía, ante el Tribunal Superior de Justicia, en la plaza Universidad, ante la Policía Nacional, en paseo de Gracia el 3 de octubre. En todos los escenarios del movimiento independentista hubo los mismos gritos, insultos y desprecios hacia los símbolos del Estado.

Se llamó «asesinos» a Policía Nacional y Guardia Civil. Hubo una enorme presión sobre los periodistas de medios del resto de España, gritos ensordecedores de «prensa española manipuladora», uno de los grandes hits callejeros.

Pero en todos esos momentos, TV3 prefirió centrarse en sus abuelas entrañables, en sus jóvenes ilusionados, en el ambiente «pacífico y festivo» de un solo pueblo que pide «democracia».

Uno no puede evitar la sensación de que, entre ‘esteladas’, TV3 se siente entre «nosotros». Pero entre ‘senyeras’, rojigualdas y gente que pide la unidad de España, TV3 toma la sana distancia del «ellos».

Fue un ejercicio triste ver cómo los periodistas a pie de calle tenían que ocultar su identidad tras una esponja negra. Sabían que un logotipo de TV3 agitaría las pasiones entre miles de catalanes que sienten que la televisión pública manipula la información de igual forma que los independentistas sienten que los medios españoles manipulan.

El periodista Xavier Rosiñol se mantuvo siempre muy mesurado en su relato, incidiendo en «los matices» sociales de los asistentes, preguntando a la gente por qué estaba allí y qué opinaba.

De nuevo un trabajo frío, distanciado y profesional. En las antípodas de las sonrisas, la emoción y el compadreo habitual en las concentraciones organizadas por la ANC y Òmnium, en las que incluso un periodista llegó a encaramarse sobre un vehículo de la Guardia Civil para alborozo del gentío.

En esta concentración, TV3 solo empleó una vez el concepto «ambiente festivo». Ocurrió en la primera conexión en directo, pasadas las 11h. En ninguna ocasión se habló de «democracia» ni «ambiente pacífico», si bien esta marcha terminó sin altercados como terminaron las marchas por la independencia.

TV3 consideró importante subrayar quién paga los autocares fletados en toda Cataluña. Los pagó, según la televisión pública, Sociedad Civil Catalana. También consideró muy relevante que el PP y Ciudadanos apoyaran esta manifestación.

De nuevo, el problema no es la información dada sino el contraste. TV3 no suele creer noticioso saber quién paga los autocares que acuden de toda Cataluña a las diadas del 11 de septiembre, ni destaca que la ANC y Òmnium se dejan auténticas fortunas en la logística de cada manifestación, repartiendo agua, banderas y folletos propagandísticos gratis y a mansalva.

El televidente tiene la sensación de que en las manifestaciones independentistas surgen masas espontáneas que claman por la libertad, obviando la labor de ANC, Òmnium y el Govern. En esta, sin embargo, la sensación que se traslada es que PP, Ciudadanos, en parte PSC y también grupos de extrema derecha agitan a su gente para tomar Barcelona.

«Explícanos la simbología», inquería a su periodista la presentadora del informativo desde plató. Qué pregunta tan interesante. Y qué intencionada.

«Hemos visto mayoritariamente banderas españolas, también ‘senyeras’ y banderas europeas. Todas las que hemos visto son constitucionales porque hay un llamamiento expreso a evitar esas banderas [las del águila franquista]».

El tema de la simbología no suele llamar la atención de TV3 en las otras manifestaciones, salpicadas de banderas de grupos de extrema izquierda.

Son las 14.30h y es hora del Telenotícies Migdia. El presentador, Ramón Pellicer, habla de «decenas de miles» de asistentes antes de dar la cifra de Sociedad Civil, 950.000 personas.

«Gente venida de Cataluña y del resto del Estado, con una nutrida representación de PP, Ciudadanos y miembros del PSC».

A continuación entra un corte de voz de Mario Vargas Llosa. Y este periodista acierta cuál iba a ser ese corte. Por supuesto, escogieron el peor corte de Vargas Llosa en todo su parlamento, un momento en que critica «el golpismo» de «Puigdemont, Junqueras y Forcadell», pronunciando fatal el nombre del presidente y sin saber muy bien cómo se llama la presidenta del Parlament.

Fue su peor momento dentro de un discurso conciliador. El que tenía que elegir TV3.

UNA DE LAS SECUENCIAS DE LA MANIFESTACIÓN POR LA UNIDAD DE ESPAÑA DEL 😯 QUE MÁS DESTACO LA MANIPULADORA TV3

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