SegurCaixa Adeslas ha tenido a bien este 17 de octubre de 2017 rescindir unilateralmente el contrato con el Parlament por agravarse «el riesgo producto por los acontecimientos ocurridos recientemente en Cataluña», y particularmente dada la suspensión del Tribunal Constitucional de la ley de Transitoriedad Jurídica. Y lo hace la compañía apenas unos días después de unirse a las empresas que están saliendo por patas de Cataluña con sus sedes sociales, con dirección Madrid.
Algo que no parece importarle a Joan Tardá (ERC), porque lo sustancial aquí es decir que todo es una campaña orquestada y que las empresas no se están yendo de ningún lado por nada malo que estén haciendo los golpistas.
Así de ridículo sonó en ‘Las Mañanas de Cuatro’ con un Javier Ruiz que no daba crédito a lo que escuchaba:
- Más allá de la gran operación de sembrar el pánico y el miedo sin ponderar qué significa cambiar la residencia de la empresa y no todo aquello que compete a la producción y el mercado, también debo decirle que en el mundo global en el que vivimos, todo espacio que queda desocupado tiende a ser ocupado por otro. Me parece contradictorio que si alguien está dispuesto a sembrar el pánico y la alarma con estos titulares, debería también ser conocedor de que todo tiene una solución. Y la solución es la del diálogo…
Total, que Joan Tardá se quería ir por peteneras, pero Javier Ruiz le devolvió de nuevo a la cruda realidad de su pregunta: «Lo de hoy no es un cambio de sede social, es un cierre de negocio. SegurCaixa dice que no quiere seguir tratando con ustedes por el riesgo político»:
- Habrá otro agente que estará interesado en hacer el negocio. ¿Qué me cuenta usted? Hay un suministrador de servicios que renuncia al negocio por razones equis, por ejemplo para estar a bien con el gobierno español. Y resulta que el negocio existe, y si este suministrador se va, vendrá otro.