Estremecedor. Y sobre todo, inesperado. Después de 25 años de ferreo silencio, el tipo confesó este 9 de enero de 2018 que participó en el asesinato a puñaladas de un joven norteamericano.
Brian Hawkins, que tiene ahora 45 años, acudió al canal de noticias KRCR de la ciudad de Redding para desvelar un secreto con el que -según sus propias y emocionadas palabras- le ha sido «absolutamente horrible» vivir.
Tras su confesión, Hawkins acudió al Departamento de Policía local para realizar una declaración formal sobre su participación en la muerte de Frank McAlister, quien fue reportado por su familia como desaparecido en el norte de California en mayo de 1993, cuando acaba de cumplir los 20 años.
«He pasado un infierno toda mi vida por culpa de esto».
Hawkins, entre lágrimas, explicó que su fe en Dios le ha ayudado a confesar el crimen.
El hombre reveló que él y sus dos cómplices, los hermanos Curtis y Shanna Culver, condujeron a McAlister hasta la localidad de Shingletown para que comprase metanfetamina. Allí aprovecharon para robarle y acuchillarlo como a un ‘animal en el matadero’.
«Lo apuñalé muchas veces».
Hawkins, el plató de KRCR, también contó que Curtis tomó una piedra del suelo y la tiró sobre la cabeza de McAlister.
In a report from the Redding Police Department, cold case murder suspects Brian Hawkins, 45, and Curtis Culver, 45, reveal the details about the day they allegedly murdered Frank McAlister, 19, in May of 1993.https://t.co/m0BEhCdoEe pic.twitter.com/CTy3hX25Ek
— KRCR News Channel 7 (@KRCR7) 12 de enero de 2018
El mismo día del asesinato se encontró el vehículo del joven estacionado cerca de un supermercado, donde los investigadores observaron una gran cantidad de sangre.
El cadáver descompuesto de McAlister fue hallado un año más tarde por un hombre que hacía senderismo en un bosque de Shingletown.
La Policía declaró que en la investigación inicial de 1993 se sabía que Hawkins, Curtis y Shanna Culver fueron los últimos en ver vivo a McAlister, pero que en ese momento negaron estar involucrados en su desaparición, postura que mantuvieron ferreamente estos últimos 25 años.
Tras la confesión de Hawkins, las autoridades los han arrestaado, así como a los hermanos Culver. Todos están ahora encerrados en la cárcel del condado de Shasta.
Los detalles de sus cargos no fueron aclarados de inmediato pero trascendió que Hawkins y Curtis se declararon culpables, mientras que Shanna asegura que es inocente.