La directora de ‘Fin de Semana’ en COPE y articulista en La Razón, Cristina López Schlichting, deja al descubierto la nueva estratagema del separatismo para seguir inoculándose como un virus en el resto de España. El objetivo, tal y como cuenta en su artículo de este 8 de febrero de 2018, es adoctrinar a los valencianos y que se unan a la causa separatista.
Dice Schlichting que:
TV3 tiene previsto emitir en Valencia a partir de la primavera. La noticia sería normal -y retomaría una práctica del pasado entre comunidades con lenguas comunes- si no estuviese detrás la formidable maquinaria de agit prop que ha partido en dos Cataluña y que educa a las masas en el nacionalismo.
Recuerda la presentadora de ‘Fin de Semana’ en COPE que:
La raíz del asunto se retrotrae a mayo de 2016, al acuerdo firmado por el egregio Carles Puigdemont y Ximo Puig. El Gobierno valenciano se comprometió entonces a refundar la radiotelevisión local -el Canal Nou cerrado por bancarrota por el PP, que ahora se llama A Punt- y a emitir también en Cataluña, al tiempo que TV3 lo haría en Valencia. A Punt ha nacido ya, de modo que es cosa de meses que se lleve a cabo el proceso para que dos administraciones que plantean un único modelo educativo, escolar, lingüístico e ideológico. Cuando Valencia se parta, será muy difícil hacer frente a un separatismo expandido a dos comunidades, sin mencionar que en Baleares el procés va a todo trapo.
Detalla con precisión de cirujana quién es la directora general de la radiotelevisión valenciana:
Para apreciar la perversidad del plan en todo su esplendor, baste saber que la flamante directora general de la nueva radiotelevisión A Punt, Empar Marco, fue corresponsal de TV3 en Valencia. También fue delegada en Valencia del diario nacionalista Avui y corresponsal de Catalunya Radio, La Vanguardia y Vilaweb. Empar Marco es filóloga y empezó su carrera profesional como asesora lingüística y traductora en la Diputación de Valencia y la Generalidad Valenciana. En 1989 fue coautora del libro de estilo de Canal Nou y finalmente saltó al periodismo. En su trayectoria se repite la de muchos jefes del procés que, con una fuerte apuesta catalanizadora, van identificándose paulatinamente con la vía nacionalista y responden a la idea de que la homogeneización lingüística es el camino para la separación de España.
Y se pregunta cómo los valencianos van a permitir este dislate:
¿De veras se va a permitir todo esto en Valencia también? ¿La democracia no se puede defender de los nacionalismos populistas? No es sólo grave que, una y otra vez, los gobiernos locales usen los medios de comunicación a su favor, es que ahora hacen planes expansionistas utilizándolos ideológicamente. Ignoro la regulación de los medios públicos dependientes de las autonomías, pero no hay razón para que TV3 emita en Valencia y no lo haga en Madrid. ¿Acaso no hay en Madrid una vigorosa diáspora catalana, por cierto, cada vez mayor? ¿No tienen esos catalanes tanto derecho a escuchar su lengua como los valencianos? Es hermoso que las comunidades autónomas compartan lengua y televisiones, pero no si se convierte el medio en un instrumento de odio.