A falta de trabajo en Telecinco, Karmele Marchante pierde los papeles como buena independentista rabiosa: "Rajoy es un cerdo facha y un dictador"
El embrollo es tan pringoso, que nadie parece dispuesto a cogerlo… ni siquiera con pinzas. Y el tiempo pasa entre murmullos de pasillo, maledicencias y la vana esperanza de que se vaya diluyendo, por la naturaleza frikie de Karmele Marchante, la denunciante y la velocidad a la que pasan las cosas en el mundillo de la televisión.
Karmele fue tertuliana de Sálvame durante años pero hace ya casi uno que visitó al plató de Telecinco por última vez.
El pasado agosto de 2017, la periodista catalana ya denunció que había sufrido «acoso, violencia de género y vejaciones» durante su paso por el programa y hace días dio más datos de lo ocurrido a raíz de las palabras de Paz Padilla en la que pedía perdón a sus compañeros.
Revela Sara Tejada en Informalia que ha hablado del asunto con antiguos integrantes del programa y también con compañeros que trabajan para ver qué hay de cierto en tan grave acusación.
Karmele Marchante «no perdona» a Paz Padilla e insiste en su denuncia.
Eso escribía en Twitter:
https://t.co/9GGGQXvupC. Ya que ella me menciona, no la perdono. Ni al resto. Lo hacían en connivencia con la dirección. Acosar, humillar, maltratar, disfrutar haciendo daño, bullin, un director sobandome, metiendo mano, tocando tetas……YO NO PERDONO?
— Karmele Marchante B. (@KarMarchante) 3 de mayo de 2018
Karmele, de 71 años, arremete contra la llamada cúpula del espacio de La Fábrica de la Tele y suelta la bomba de que uno de los directores del programa le metía mano y tocaba las tetas, pero no ha hecho una denuncia ante los tribunales, o al menos no nos consta, y eso a pesar de las insistencias de muchos seguidores después de que las redes ardieran ante semejante comentario.
A sus 71 años, Karmele vive algo más tranquila tras abandonar en el año 2016 el magacín vespertino después de batallas con casi todos sus compañeros. Nada menos que siete años había estado casi cada tarde en el plató.
Poco a poco fue alejándose del ambiente de corazón y de realitys que generalmente aborda el formato para asumir el papel de opinadora política y social en redes, con un desquiciado discurso independentista que la catalana exhibe ahora cuanto puede (A falta de trabajo en Telecinco, Karmele Marchante pierde los papeles como buena independentista rabiosa: «Rajoy es un cerdo facha y un dictador»).
No es descartable que Karmele, que se fue sin despedirse de nadie, se sienta despechada y maltratada por sus antiguos compañeros pero, sin entrar a valorar si sus acusaciones son fruto del rencor, es evidente la relación con sus ex compañeros no es buena y que no hay una denuncia como tal.
«Karmele es y ha sido siempre una persona muy rara», explica a Informalia un antiguo colaborador que recuerda que «solo come yogures».
«Es verdad que en algunos momentos y después de años viéndonos cada tarde, pudiera haber tenido lugar algún roce físico, pero en un tono completamente amistoso, con humor y desde luego consentido por todos».
Otra persona que también se sentó en el plató y que coincidió con Karmele un tiempo matiza el asunto:
«Lo de los tocamientos no creo que sea cierto, en el modo en que lo cuenta Karmele al menos, pero sí es verdad que las presiones para que sacáramos asuntos de la vida íntima llegaban a extremos impensables».
«Los productores presionaban a los directores, los directores a los contertulios, y la pelea llegaba al espectador. Es así como funciona».
«Éramos títeres a sueldo movidos por la productora que nos toma por frikis, que es lo que somos».