Si Pedro Sánchez pone un circo, le crecen los enanos. Y no sólo en esa especie de pisTa en que se ha convertido su Gobierno, sino en todo lo que ha metido mano, incluyendo por supuesto la ‘nueva’ Radio Televisión Española (Ni España ni los españoles se merecen a Pedro Sánchez y este Gobierno de mierda).
El líder del PSOE quería «unos servicios públicos de información y una RTVE que no esté al albur ni al dictado de ningún Gobierno y de ningún partido» (‘La comilona del Rianxo’: momentos gore en el festín de la ministra con Villarejo).
Esa «ejemplaridad» se quedó sólo en una intención tanto en el desempeño gubernamental como en la proyección que sus palabras han tenido en el Ente que pagamos todos los españoles (El xenófobo Torra exige a Sánchez una propuesta de autodeterminación o lo echa de La Moncloa).
Amén del evidente sesgo ideológico de programas e informativos, ahora OKdiario les descubre el caso de su administradora única. La hasta ahora respetada Rosa María Mateo, al igual que el ministro Pedro Duque, tiene una sociedad instrumental con la que eludió el pago de impuestos.
De nuevo estamos ante el dilema ético de que alguien que cobra de los impuestos de todos los españoles intente escatimar su contribución al Fisco (La ‘soviética’ Rosa María Mateo toma a la audiencia por imbécil y censura en ‘Informe Semanal’ una pieza sobre Sánchez).
Al igual que en el caso del propio Pedro Duque o del dimitido Màxim Huerta, la respuesta es clara: alguien que no contribuye a Hacienda como lo hacen el resto de ciudadanos está inhabilitado y desacreditado para cobrar dinero público y desempeñar un cargo institucional.
Los impuestos son esenciales para construir una sociedad mejor. Ámbitos como Sanidad, Educación o Pensiones dependen de ellos. Incluso, unos medios públicos de calidad. No obstante, Rosa María Mateo es otro ejemplo de que el todo lo que rodea al Gobierno parece diseñado por un enemigo del PSOE.
Las elecciones de Pedro Sánchez no han podido ser más erróneas. El comportamiento de sus designados, tampoco.
Y es que la veterana Rosa María Mateo pasó de administrar una sociedad sin trabajadores a controlar una empresa pública con más de 6.000 personas. Empresa en la que PSOE y Podemos van de la mano y que han configurado como su personalísimo Ministerio de Propaganda mediante informaciones subjetivas y purgas a los periodistas contrarios al régimen establecido.
Un descrédito que los ha llevado a caer en picado tanto a niveles de credibilidad como de audiencia. Ahora, la sociedad instrumental de Rosa María Mateo obliga a dar explicaciones urgentes. Al final, todos ellos viven de los ciudadanos.
